La Máquina Cementera está a 90 minutos de romper una de las más grandes maldiciones que se recuerden en el futbol mexicano. Si derrotan este domingo a las Águilas en el Azteca, en la vuelta de la Gran Final, habrán conseguido acabar con 21 años de sequía de títulos oficiales. Pero mientras tanto, se habla mucho del 0-0 en la final de ida.

No se habla de otra cosa en el mundo del deporte. Se trata de un Clásico Joven, de los dos inquilinos del Azteca, del líder celeste contra el segundo, el azulcrema. La mejor defensa contra el mejor ataque. Sin embargo parece que el empate dejó un sabor a poco en muchos. 

Para los azules, en cambio, queda la sensación de que en el duelo de ida se fue más, no afectaron las lesiones o expulsiones y que para la vuelta en la misma cancha, con mayoría de aficionados cementeros, podrá conseguirse un resultado que permita festejar por primera vez en 21 años. 

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