Ángel Morales llegó a Cruz Azul para el Invierno 99. Con La Máquina, el talentoso argentino jugó tres años, en donde -en primera instancia- conformó un tridente inolvidable con sus compatriotas Mauro Camoranesi y Diego Latorre; después formó parte del histórico equipo celeste que disputó la Final de la Copa Libertadores en 2001.

Y si bien fue su paso por la entidad cementera fue un tanto fugaz, su estancia con el equipo celeste es recordada de buena manera por la afición cruzazulina. Alejado de las canchas -desde el 2011-, Matute Morales recordó su paso por Cruz Azul, en especial rememoró un par de insólitas anécdotas.

¿Qué equipo vio al mejor Matute?, le preguntaron al ex de La Máquina. “El Independiente de Menotti, parte del Racing de Cappa y en Cruz Azul, con el que llegamos a la Final de la Libertadores que perdimos con Boca”, respondió el otrora astro argentino en entrevista con El Gráfico.

Justamente de aquella final, Ángel Morales tiene un recuerdo bien especial, lastimosamente para mal. Y es que pese a que fue parte esencial del equipo durante el certamen continental, una salida nocturna se tradujo en complicaciones de salud, lo que terminó por dejarlo fuera del duelo definitivo, que se disputó la cancha de Boca Juniors.

“Lamentablemente no pude jugar la revancha en la Bombonera. Si no fui más en mi carrera, como me dicen muchos, fue por mis descuidos. En este caso jugué la ida en México, después salí, tomé frío, empecé a sentirme mal de la garganta, no le dije nada al médico y no tomé ningún recaudo hasta que la enfermdad me tiró.

“Estuve tres días en cama y salí a calentar el día de la final. Estaba mareado, vomitaba, tenía 41 grados de fiebre. Me dieron una inyección, pero no podía mover las piernas, entonces decidí no jugar. Porque creo que el técnico me ponía igual si era por él. Vi el partido desde el banco y ganamos 1-0. Después erramos los penales”, recordó.

¿Podrías haber llegado más lejos siendo más profesional?, se le cuestionó al Matute. “Sin duda. Si me hubiera cuidado más en la alimentación, en el descanso, en cumplir lo que me pedían en los entrenamientos, habría llegado más lejos. Las facturas (pan de dulce, en México) eran mi perdición”, confesó el ex astro argentino.

Y en el contexto de los malos hábitos, Ángel Morales recordó su llegada a Cruz Azul, en donde reconoció que no llegó en plenitud física, lo que le valió la crítica de la prensa; afortunadamente, rememora, la situación cambió con el paso de los meses.

“Cada vez que había vacaciones, yo volvía con 3 o 4 kilos de más. Cuando Cruz Azul me compró a Racing tardé un mes y medio en ir. Llegué y me tenían que hacer los estudios médicos. Entre mi sobrepeso y la altura del DF (ahora CDMX), me subí a la cinta y no me podía mover. ‘¿Este gordo viene a salvarnos?’, decían los presentadores. Me costó al principio, después rendí mucho”, apuntó el argentino.

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