Quizás no muchos lo recuerden y menos las nuevas generaciones, pero Daniel Baldi formó parte de Cruz Azul a comienzos del vigente siglo. El ahora ex futbolista se destacaba como delantero y nació en Uruguay, país que ha nutrido históricamente a los planteles de La Máquina Celeste.
Ya alejado de los terrenos de juego, ahora el ex cementero vive íntegramente para la escritura para todos los públicos y géneros. Con todo estos a cuestas mantuvo una entrevista exclusiva para Vamos Azul, recordando con grandes detalles cómo fue su breve paso por la institución.
‘Mi Mundial’, uno de sus libros más exitosos, llegó a las pantallas grandes (Foto: Infobae).
“Recuerdo al cuerpo técnico con mucho cariño, porque si bien no se nos dieron los resultados, a mí me trataron con un respeto máximo y me ayudaron siempre, desde el profe, el alemán, hasta Mario y los ayudantes”. Esto hace referencia al ciclo de Mario Carrillo, durante la temporada 2002/2003.
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Como se mencionó, Baldi estuvo apenas unos meses en Cruz Azul por la crisis institucional que se vivía, aunque eso le bastó para llevarse grandes impresiones. “Con el mundo Cruz Azulino yo estaba a gusto. Gilberto Jiménez es una persona adorable, el mismo Conejo Pérez“.
“Me acuerdo que Gilberto después me dijo que le estábamos fallando a la gente. Yo sé que hubo jugadores que se sintieron como rehenes de la situación, y no les gustó. Después hubo otros que armaron la situación, que fueron ellos los responsables de que eso sucediera”.
La tensión que se vivía dentro del vestidor
Esto va en relación a la decisión que había tenido la directiva para con los jugadores extranjeros, en donde iban a rescindir todos los contratos. Si bien el grupo se opuso a esto al decir “tocan a uno, tocan a todos”, lo cierto es que finalmente esto no ocurrió y la gran mayoría siguió como si nada, aunque con excepciones.
“Me gustaría saber qué piensan de esa decisión que tomaron, porque Almaguer demostró ser un señor, la actitud de Almaguer refleja una actitud de una persona con una endereza humana intachable. Melvin Brown era buen tipo, no pinchaba ni cortaba, estaba Palencia, estaba el Conejo, estaba Melvin, había varios”, recordó con ironía.
