Cruz Azul dio el primer golpe en las semifinales y se impuso a Club América en un duelo digno de Liguilla: trabado, táctico, más sudor que espectáculo. Pero como toda batalla de peso pesado, no faltaron los ingredientes que encienden las emociones: goles, polémicas, roces al límite… y una jugada que congeló el alma celeste en el último suspiro.

Fue Rodolfo Rotondi, sí, el mismo que carga con un pasado incómodo ante el acérrimo rival, quien protagonizó la escena más tensa de la noche. La memoria del aficionado cementero no olvida sus errores en instancias claves de torneos recientes. Y cuando el reloj marcaba el minuto 93, la sombra del pasado volvió a asomarse.

El argentino, con un ímpetu que rozó la imprudencia, se barrió dentro del área de Cruz Azul. Por un segundo eterno, los corazones azules dejaron de latir. La imagen fue brutal, casi una copia de pesadillas anteriores. Pero esta vez, la historia fue otra: llegó justo a tiempo, limpió la jugada y mandó la pelota al córner. Un segundo antes, era el villano en potencia. Un segundo después, el alivio se desató en las gradas y en cada sala donde se veía el partido.

Así también lo vivió Tito Villa. En El Podcast de La Máquina, el exdelantero confesó entre risas nerviosas y gestos de incredulidad su reacción a la dramática jugada: “Se me paró el corazón, vi para allá y encima cómo nos quedaba en la otra punta la jugada, casi se me para el corazón. Casi me muero cuando lo vi. Pero al ver que Dilrosun no cayó y se levantó rápido, ahí respiré“.

¿Qué dijo Tito Villa sobre el partido de Rotondi ante el América?

No fue solo esa barrida salvadora la que marcó la noche de Rotondi. Su actuación completa fue digna de reconocimiento por voces como la de Villa, quien no escatimó en elogios: “Dio un partidazo, Kevin Álvarez lo soñó, me parece. No lo pudo pasar ni una vez. No le ganó un solo duelo individual, ninguno. No sabía si encararlo para dentro o para afuera, si buscar driblarlo o tirársela larga, no lo pasó una vez”, sentenció el exgoleador.

Además, destacó el enorme desgaste que implica jugar como carrilero, una función que Rotondi cumplió con entrega total: “No es lo mismo jugar como defensa o como delantero, que tienes un espacio más acotado, que hacerlo como carrilero, donde tienes que ir hasta el fondo a centrar y dar amplitud, y después volver para marcar como si fueras un central más. Muchas veces esas distancias son las que te hacen llegar al límite“.