En la última década, Cruz Azul cometió el error de confiar en entrenadores que no estuvieron a la altura de la institución. La mayor crítica que se le hacía a la directiva es que elegía técnicos que no representabanal futbol lírico que históricamente había tenido el equipo cementero. Sin embargo, en 2019 hubo una excepción con la llegada de Pedro Caixinha a la banca.

El entrenador portugués se había consolidado como uno de los mejores de la Liga MX formando un equipo muy interesante en La Máquina. A pesar de que la final perdida frente al América en el Apertura 2018 lo había golpeado, el problema de su ciclo fueron las contrataciones. El hecho de haber fichado futbolistas que necesitaban tiempo para adaptarse a su sistema, provocó que deje la institución a fines de 2019.

Años después de su paso por La Noria, Caixinha logró consolidarse en el futbol brasileño bajo un gran cartel. Es por eso que, después de dos temporadas al mando de RB Bragantino, llegaría a Gremio para 2025. Aunque todavía no es oficial, es prácticamente una realidad que el europeo reemplazará al ídolo Renato Portaluppi tras una temporada muy irregular.

Según informó GZH, el salario de Caixinha en Gremio sería de unos 6 millones de reales al año, que se traduciría en poco menos de 1 millón de dólares anuales. Lo polémico de esta situación es que Renato cobró casi el triple durante los últimos tres años que estuvo en el club. Entonces, los aficionados brasileños comenzaron a exigirle a la directiva que utilicen esa diferencia de salario para mejorar una plantilla que no pudo competir en el Brasileirão.

Pedro Caixinha explicó por qué Cruz Azul perdió la final del Apertura 2018

Lo cierto es que el Cruz Azul de Caixinha en 2018 se destacaba por ser un equipo muy bueno tácticamente, pero que no tenía grandes figuras. Mientras que el América contaba con Henry Martín, Edson Álvarez, Bruno Valdéz, Jorge Sánchez y Guido Rodríguez; La Máquina contaba con Pablo Aguilar, Iván Marcone y Martín Cauteruccio como grandes emblemas. Por lo tanto, existía una diferencia de plantilla considerable.

Aún así, el entrenador fue contundente después de lo sucedido en aquella final: “En el partido de la final yo creo que nos faltó esa voluntad, esas ganas, esa actitud competitiva de decir ‘esta es nuestra oportunidad, vamos por ello’. Lo que entiendo, en regla general que estamos de acuerdo todos los que vivimos esa etapa y ese momento desde adentro, es que el equipo tuvo ese miedo escénico“. Esto no cayó para nada bien en la plantilla y hasta el propio Roberto Alvarado lo contradijo: “Simplemente ese día no nos salieron las cosas, y son situaciones que te sirven de experiencia y te hacen más fuertes”.