En el momento de más ilusión, un duro golpe regresó a Cruz Azul a su dura realidad. Perder la final como local, en el Estadio Azteca, ante el América, se ha convertido en una afrenta difícil de olvidar para La Máquina.
El resultado resaltó los errores y puntos a mejorar en este Torneo Apertura. Aunque existe una situación que es mental y que debe superar de alguna forma, que es el hecho de perder finales, el principal objeto de burla de los rivales, porque si bien tuvo el fútbol necesario para llegar a esta instancia, caer contra el mayor rival deportivo no es grato para nadie.
En cuanto al juego se trata, a Cruz Azul le faltó contundencia en los momentos importantes. Porque frente a rivales menores, el equipo de Pedro Caixinha fue inmensamente superior, pero a la hora de medirse con sus pares, le hace falta un delantero que haga olvidar de una vez lo que hacía antaño Carlos Hermosillo.
Pero quizás una de las cosas imperdonables que tuvo Cruz Azul estos meses fue que le faltó corazón, es decir, existen maneras de ganar y perder un partido, incluso caer y mostrar que se entregaron en cancha, para que sea recordado, pero este año, La Máquina tuvo partidos donde no mostró nada a la afición, incluyendo la final.