La salida de Iván Marcone de Cruz Azul rumbo a Boca Juniors en enero de este año causó un cisma en la directiva celeste. O al menos eso dejaron entrever Víctor Garcés y Ricardo Peláez la noche de este jueves.

El problema, según revelaron, fue que no pueden dejar ir a los jugadores así como así y que un director deportivo no debe ser quien maneje los dineros. Razón por la cual ya están blindando a sus jugadores actuales.

Si bien no pudieron llegar a un acuerdo por la cifra que pagaron por el pase de Roberto Alvarado (Peláez dijo 4 millones de dólares, Garcés 12), sí está claro que el Piojo tiene una alta cláusula de salida en caso de que otro club quiera ficharlo.

Alvarado hoy, para quien sea que desee contratarlo, cuesta 22 millones de dólares, haciendo casi imposible que algún club dentro del mercado mexicano pueda fichar a un joven como él.