Aún con la resaca del campeonato obtenido por Cruz Azul, Luis Romo y Orbelin Pineda volvieron al césped pero esta vez con la playera de la Selección de México. El Tri se jugaba ante su similar de Costa Rica el pase a la final de la Liga de las Naciones de la Concacaf. Este compromiso se disputó en elEmpower Field at Mile High de la ciudad de Denver.

Gerardo Martino no quiso arriegar a los dos futbolistas de los cementeros y prefirió mantenerlos en el banquillo ante cualquier imprevisto. Con el empate a 0 parcial, el entrenador argentino se vio obligado a echar mano de los dos mediocampistas a pesar de venir con una alta carga de minutos en las piernas.

El desenlace del juego no varió mucho a pesar de la entrada de los jugadores de Cruz Azul. Trabado y con pocos espacios, el TRI se vio impedido de desplegar todo el futbol que tiene un plantel cargado de juventud, talento y experiencia al más alto nivel. Sin embargo, esto no terminó pesando en el choque y todo acabódefiniéndose desde los once metros.

A pesar del fallo inicial de Uriel Antuna en el primer cobro, México se supo reponer y terminó imponiéndose 5-4 desde el manchón del punto penal. No obstante, lo más destacado fueron los cobros de los representantes de La Máquina, quienes dieron cátedra sobre cómo se debe cobrar un penal.

Con pasos cortos y sin casi nada de distancia, el cobro de ambos fue un calco del otro. Ese último salto que solo dan los jugadores con confianza plena, fue el común denominador en la técnica de los dos mediocampistas. Confianza, valentía y eficiencia; los tres condimentos que dejaron los dos tiros más llamativos de toda la tanda.