A comienzos del 2024, los fanáticos de Cruz Azul recibieron con los brazos abiertos a Gonzalo Piovi, quien a sus 29 años salía de Argentina por primera vez para jugar en otra liga. Si bien para muchos era una moneda al aire su contratación, lo cierto es que en un abrir y cerrar de ojos se puso a la afición en el bolsillo gracias a sus actuaciones.
Pero su recorrido hasta llegar a uno de los equipos más grande del continente no fue sencillo: en una entrevista para Vamos Azul, el marcador central argentino reveló detalles sobre los inicios de su carrera, en donde queda claro que el sacrificio y esmero son dos de los estandartes que lo identifican.
Sus primeros pasos los dio en Vélez Sarsfield, equipo en donde debutó como profesional pero que lo terminó dejando libre siendo aún un juvenil. “En ese momento tenía una barbería. La puse y la empecé a dar más interés cuando terminé el colegio en el Instituto Santa Marta. Yo en ese momento casualmente también viví mi último año en Vélez”.
“Después de ese año en Vélez, había quedado libre porque no me habían hecho contrato a nivel profesional, yo ya había debutado en primera pero no me hicieron contrato y me tuve que ir libre del club, que fue cuando llegué a Argentinos Juniors“. Si bien consiguió equipo rápidamente, el Bicho de La Paternal jugaba en Segunda División, lo que para muchos puede ser considerado un retroceso. No obstante, logró destacarse y salir adelante.
Mientras todo esto transcurría y el salario de Piovi no alcanzaba para cubrir las necesidades básicas, se animó a abrir su propia barbería en el garaje de su casa: “Todo ese tiempo tuve la barbería y duró cerca de dos años. La abrí cuando aún estaba en el Santa Marta, pero después de eso le empecé a dar más interés y era como que trabajaba de eso, porque al no tener un sueldo fijo como profesional tenía que tener aunque sea una plata para yo manejarme diariamente”, expresó.
“Si bien vivía con mis papás, no es que tenía un sueldo fijo sino que trabajaba ahí en la barbería, que la tenía en mi casa y me acuerdo que llegaba de entrenar a las dos de la tarde y hasta las ocho de la noche me la pasaba todo el día cortando el pelo. Ese era mi hobby que tenía extra futbolístico“. Un ejemplo de superación que sin dudas le serviría para todo lo que vino después.
Cuando el trabajo de Piovi comenzó a dar sus frutos
Más allá de soñar con llegar a primera, el central también pudo tener sus primeros vehículos para ir a entrenar, salir a pasear con su familia y demás. Si bien no eran esos carros de alta gama que hoy se acostumbran a ver entre los futbolistas, no deja de ser un gran mérito para un joven de solo 18 años que daba sus primeros pasos.
“Tuve un Fiat 147, que fue mi primer auto. No lo compré yo, me lo compró mi mamá con algunos ahorros que tenía y con ese íbamos a entrenar”.
“Mi mamá más que nada y viajando en colectivo, hasta que tuvimos el 147 que lo usaba mi hermano cuando yo saqué el registro a los 17, ahí ya empecé a manejar, y ese fue el primer auto que empecé a manejar, no era mío, era más de mi hermano y mi mamá. Pero después cuando vendimos ese, compramos un Clio entre los dos, y con ese sí era con el que más iba quizás al Santa Marta y demás, porque ese era más mío y de mi hermano, y lo compartíamos y lo utilizaba para ir al colegio”.
El gran salto de Piovi a la elite gracias a Fernando Gago: ¿Lo quiso llevar a Boca?
Años después la vida lo recompensó y se fue haciendo un nombre en la liga de Argentina. Campeón con el sorprendente Colón de Santa Fe en 2021, logró dar el primer gran salto de su carrera en Racing Club, en donde lejos de pasar desapercibido fue titular bajo el ala de Fernando Gago, agregando otros dos títulos a sus vitrinas.
Justamente solo tiene palabras de agradecimiento para el actual entrenador de Boca Juniors, equipo con el que se lo relacionó recientemente: “Él me brindó un gran profesionalismo, y aprendí en el marco de haberme exigido al máximo y eso fue lo que a mí en sí me potenció como jugador y me hizo crecer mucho”.
“La exigencia del día a día que él nos brindaba y más allá del sistema de juego, lo que él proponía, eso ayudó mucho. Pero la exigencia que Gago nos hacía tener el uno con el otro dentro del equipo era muy importante y eso me llevó a tener un buen rendimiento en Racing hasta que me fui a Cruz Azul“.
Ahora bien, para la tranquilidad de los aficionados cementeros el central zurdo de 30 años negó sondeos del Xeneize; aunque sí reconoció ser contactado por el ex DT de Chivas: “No he tenido sondeos de Boca, no me ha llamado nadie de Boca. Sí he hablado con Gago, con Fernando, porque fue técnico que confió mucho en mí, me brindó mucha confianza y tuve un gran crecimiento con él en lo deportivo, en una etapa de mi carrera donde pude asentarme bien en Racing y haber podido jugar mucho cuando estuve con él, pero he hablado y nada más, no más que eso“.
El grupo de Cruz Azul ha recibido muy bien a Piovi, el cual se encargó de otorgarle un apodo ya que no es de esos futbolistas con sobrenombre reconocido: “Acá en Cruz Azul no tengo apodo. Bueno… realidad sí (ríe jocosamente), algunos, me joden porque estoy tenido y más que nada Gudiño me molesta con el tema ese. Me dice ‘peróxido‘ porque dice que tengo el pelo oxidado, pero jodemos nomás, no es que es un apodo.
“Después, sí, cuando estaba en las inferiores de Vélez me decían Látigo por el hecho de la pegada, más que nada porque le pegaba muy fuerte a la pelota, fue algo que siempre me caracterizó y , por eso me decían así en aquel momento“. Con esta información: ¿Algún comentarista se animará a nombrarlo así durante las transmisiones de los partidos?
El sueño de Piovi de ser campeón en Cruz Azul
Así como los fanáticos tienen el anhelo de ganar la Décima, Gonzalo Piovi también se ilusiona con dar la vuelta olímpica, sin la desesperación que muchos quieren instalar: “Presión para ser campeones no hay. La presión que tenemos es para nosotros mismos por el gran torneo que hicimos y lo mejor sería terminar coronándolo, ¿no? Porque si no coronás, es como que no… O sea, no tendría sentido el gran torneo que hicimos“.
“Esa es la realidad. Así que, Dios quiera, podamos terminar el torneo como queremos, como lo deseamos y terminar de cumplir los objetivos que tuvimos con el club durante todo este año, que hasta ahora cumplimos todos y que daría esta liguilla, que Dios quiera que así pueda ser”.
Más allá de todo esto, poco más de un año atrás el mundo Cruz Azul casi no conoce a este Piovi que le da salida limpia y personalidad al equipo. Es que nada menos que el América estuvo detrás de sus servicios, y apenas por detalles económicos no se transformó en refuerzo estelar de las Águilas.
“La verdad que estuve cerca, en septiembre del año pasado me habían querido cuando estaba en Racing, tenía poco tiempo para negociar porque cerraba el libro de pases y faltando una semana de que cierre el mercado tenían que incorporar un defensor y quisieron ir por mí, pero no se pudo dar por temas económicos, de negociación”.
“Entonces es por eso que no se cerró el vínculo, pero pronto llegó lo de Cruz Azul y yo ya aspiraba a cambiar un poco el rumbo, salir de lo que era la Argentina. Si bien estaba cómodo, pero quería probar otra liga, otra competencia, entonces ni bien salió lo de Cruz Azul tampoco lo dudé y pudimos llegar a un acuerdo de club a club y se consolidó la negociación”.
Piovi espera el llamado de Lionel Scaloni
Como todo futbolista, Piovi sueña con poder vestirse de albiceleste en algún momento de su carrera, más allá de coronarse en La Máquina: “Algún sueño en lo deportivo, en lo futbolístico, si te digo acá de la Liga MX es poder salir campeón, creo que ese es uno de los sueños que tengo. Y en lo personal, algún sueño que tengo es en algún momento poder tener alguna convocatoria a la Selección Argentina, creo que esos son mis dos sueños a cumplir en lo que viene de mi carrera”.
La pasión de Gonzalo Piovi por los caballos
El Látigo (ya nos animamos a decirle así) extraña mucho su tierra, en donde dejó otra de sus pasiones: “Si hay algo que extraño de lo que es la Argentina es el campo, de hecho tengo caballos y si hay algo que extraño mucho es eso, estar con mis caballos, con la gente que me hace sentir cómodo, mis familiares, mis primos, mi tío, eso también los extraño.
“Este año se me hizo un poco repentino, pasó muy rápido por el hecho de que también me vinieron a visitar muy seguido mi familia, o sea mis papás, mi mamá, mi suegra han estado varios meses acá con nosotros, entonces se hizo como más rápido el año tanto deportivo como personal”, explicaba risueño.
Sin embargo, se muestra muy a gusto en este país que lo recibió con los brazos abiertos desde el primer día: “Hace un año estoy acá en México, a nivel personal, más allá de lo deportivo, fue un año muy bueno. Todavía falta igual, pero fue un año muy positivo. Muy feliz, muy feliz de estar acá“.
“En cuanto al fútbol estoy muy contento. Y en cuanto al día a día, en lo habitual, en lo familiar, la verdad que también, junto con mi señora y mis hijas, la verdad que nos gustó mucho México. Desde el día uno que llegamos nos recibieron muy bien acá, nos hicieron sentir como en Argentina, así que muy feliz, la verdad. Mis hijas en el colegio lo mismo, la verdad que hicieron amiguitos rápidamente, compañeros, la verdad que también ellas están muy contentas”.
“Somos de salir bastante, así a conocer. Conocimos bastante de lo que es acá México, por ser el primer año. Somos de salir bastante así a comer los fines de semana, aunque sea, o algún día de la semana, algún que otro restaurante. Más que nada los domingos, cuando tenemos libre, aprovechamos para ir a comer en familia o con amigos”.
“Nos han venido a visitar familiares, mis papás, mi suegra, mi mamá. Me ha venido a visitar mi hermano desde Ecuador (Ezequiel Piovi, juega en Liga de Quito). Y todos los amigos que también han venido a visitarme en este año, les ha gustado mucho, se sintieron muy cómodos. Así que muy contentos”.
¿Qué le sorprendió a Piovi de México?
“Lo que me sorprendió de acá de México es el trato. Es mi primera experiencia afuera de lo que es Argentina y la verdad, si bien tenemos diferentes costumbres con lo que son los mexicanos, la verdad que me hicieron sentir muy cómodo desde el primer día. Son el grupo que me tocó, la verdad que es muy bueno”.
“Somos de juntarnos con mis compañeros también, que eso te hace sentir también cómodo, sentirte, por más que estamos lejos de nuestros familiares, eso te hace sentirte más a gusto, más cómodo, porque si bien uno convive en el día a día en el club, convivir fuera de lo que es lo laboral también ayuda a la convivencia y al día a día y la verdad que eso me sorprendió porque me tocó muy buenos, además de muy buenos futbolistas, muy buenas personas en el equipo y en el grupo”.