Michelle Ralis iba a ser ingeniera química. Pero durante la pandemia todo cambió. En cuarentena empezó con un hobbie que pronto la conquistó y que redefinió sus intereses y la hizo tomar otro camino al de las aulas de clase: el del arte en el cuerpo.
Las consecuencias pronto llamaron a la puerta: “Mi mamá me dejó de hablar por una semana”, dice mientras se ríe con la confianza de quien se sabe victorioso. Tras siete días del veto de silencio, su madre le volvió a dirigir la palabra y aceptó con resignación la nueva profesión de su hija. Hoy, Michelle es una de las tatuadoras más reconocidas de Ciudad de México y la favorita de los aficionados de Cruz Azul.
Y es que desde Mussa Studio Michelle no ha parado de tatuar en la piel de los fanáticos cementeros a Costalito, la nueva mascota de Cruz Azul y que se ha convertido en una auténtica sensación. “Ya he tatuado decenas de Costalitos. Y tengo muchos más clientes espera“, cuenta la joven de 25 años en conversación con Vamos Azul.
La tatuadora de Costalito es fanática de Cruz Azul
No se trata de una cuestión azarosa: Michelle es fanática de Cruz Azul y empezó este movimiento que ya es una moda para los fanáticos de la tinta en el cuerpo. Uno de sus reels en Instagram fue el disparador: en la secuencia de apenas un minuto, Ralis describe paso a paso cómo un día “aburrido” se autotatuó a la mascota más carismática de la Liga MX.
A partir de esa publicación su agenda está repleta de fanáticos que quieren a Costalito en algún costado del cuerpo. “Yo siempre recomiendo que sea en la espalda, las piernas o los brazos. Pero al final es el cliente el que decide“, explica.
Un Costalito personalizado
Consultada por el diseño de Costalito más habitual para tatuar, Michelle da una idea de por qué es la favorita de los aficionados: cada diseño es distinto al otro. “Siempre trato de añadir algún detalle al Costalito que lo haga especial. Único. No he tatuado dos iguales. Me parece que eso les gusta y además los personaliza”, mencionó.
Ralis cumplirá cuatro años el próximo mes de noviembre desde que dejó su sello por primera vez en la piel de un cliente. Es fanática de Cruz Azul gracias a su pareja, Aldo, quien se define a sí mismo como “cementero desde la cuna”. Los dos tienen sus Costalitos tatuados, y así como ellos, ya son muchos más los que se han inmortalizado en la piel a esta mascota que se robó el corazón de toda una afición… y parte de sus cuerpos también.