Guillermo Álvarez lleva ya un mes en el ojo del huracán. Y no saldrá de ahí en un buen tiempo. Fue el 29 de julio cuando jueces emitieron una orden de aprehensión en contra del otrora presidente de Cruz Azul por delitos de delincuencia organizada, fraude con recursos malhabidos y lavado de dinero.

Se metió la Interpol, que hizo circular una ficha roja en todo el mundo para capturarlo. Y llegó una segunda orden de aprehensión. Y pelea en el poder de Cruz Azul para ver quién se hace con la cabeza del club y de la cooperativa ahora que no está su mandamás eterno.

Sin embargo, este lunes por la noche se conoció una información que dejó al otrora presidente celeste respirando más tranquilo, y es que una jueza federal otorgó una suspensión provisional a Billy, que deja en pausa una de las dos órdenes de captura, y que impide su detención por el delito de administración fraudulenta.

Si bien aún puede ser capturado porque a nivel federal tiene otras órdenes de aprehensión encima, por delincuencia organizada y operaciones con recursos ilícitos, y por ende llevado al penal de máxima seguridad El Altiplano, esta suspensión permite a Álvarez ilusionarse con que las otras también puedan suspenderse.

María Dolores Núñez Solorio, jueza Cuarta de Distrito de Amparo en Materia Penal del primer Circuito, fue quien otorgó la suspensión solicitada a Billy. "Se concede la suspensión provisional, para el efecto de que no sea presentado por medio de la fuerza pública, con motivo de la orden que se combate; lo anterior hasta en tanto se notifique a las autoridades responsables sobre la suspensión definitiva", señala su informe, que exige que antes de 48 horas las policías entreguen informes sobre Álvarez.