Cuenta la leyenda que el 30 de junio de 2021 caduca el contrato de Ignacio Rivero con Cruz Azul. El talentoso y plurifuncional volante llegó a la Máquina Cementera tan solo un año antes, proveniente de los Xolos de Tijuana, en calidad de préstamo durante los siguientesdos semestres. Si el cuadro de La Noria deseaba quedarse con los servicios del jugador, debía desembolsar la suma de 4 millones de dólares.

Acuerdos no hubo. Las negociaciones se rompieron. Sin embargo, Nacho eligió irse con los celestes a la pretemporada del Apertura 2021 en Avándaro, confiando en que ambas instituciones llegarían a acuerdo antes de la fecha indicada, y él finalmente podría quedarse en el club que quería: Cruz Azul. En caso de no acordar, el jueves 1 de julio debía reportar en la tienda xoloitzcuintle y ponerse bajo las órdenes de Robert Dante Siboldi.

Hasta que, de última hora, todo cambió. Cuando más difícil se veía el panorama, asomó el sol entre las nubes. Tigres UANL descartó entrar en una triangulación por el pase de Nacho para finalmente adquirir el de Orbelín Pineda, y Cruz Azul y Tijuana retomaron las pláticas y todo apunta a que llegarán a acuerdo este martes 29 por la compra definitiva de Rivero.

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Las condiciones de la compra

Cercanos a Ignacio Rivero confirmaron que la cláusula que Cruz Azul debe pagar para quedarse con el 100% del pase del charrúa es de 4 millones de dólares, un poco más que los 3,2 MDD que podían pagar hasta diciembre de 2020. En ese entonces, los fronterizos querían quedarse con Bryan Angulo en parte de pago, pero el ecuatoriano dijo que no y se devolvió a la Máquina.

El acuerdo llegó porque los celestes acordaron traspasar a algún jugador del primer equipo cementero a los Xolos de Tijuana y abonar la diferencia en efectivo y sin cuotas. Aunque todavía no han trascendido nombres, durante las próximas horas Cruz Azul debiera oficializar el nuevo contrato de Ignacio Rivero por los próximos dos a tres años. Porque sí. Se queda. Sin coperacha y con el deseo de todos los fanáticos: NACHO ES CELESTE.