Muchas historias se han contado desde las instalaciones de La Noria. El predio deportivo en el que Cruz Azul entrena a diario en busca de bordar más y más estrellas en su escudo; no obstante, más allá de las historias de futbol y de vestidor, hay otras más que le causarían escalofríos a cualquiera.

La Noria fue inaugurada un 10 de octubre de 1990 y desde entonces se convirtió en el espacio donde entrenan los cementeros. No obstante, los trabajadores del club, ubicado en Xochimilco, han contado que por sus canchas y pasillos se pueden observar situaciones que superan la normalidad de la vida diaria: espíritus, almas de seres que perdieron la vida, entes; fantasmas.

Y es que hay que, no hay que olvidar que, de acuerdo con información del propio Cruz Azul, el terreno donde ahora se encuentra La Noria se adquirió en 1986 y consta de 46,600 metros cuadrados. Sin embargo, un detalle no menor, es que al lado, se encuentra uno de los panteones más grandes de Xochimilco, el Panteón Xilotepec.

(Foto: Gobierno CDMX)

Cruz Azul “le robó” un pedazo al panteón para construir sus instalaciones

Por si fuera poco, para poder construir la sede del conjunto cementero, como se conoce actualmente, en 1998 los trabajadores tuvieron que ‘robarle’ un pedazo de terreno al cementerio, así lo relató el escritor mexicano Carlos Barrón en la crónica titulada ‘El camposanto de cemento’, publicada en su libro ‘Tiempo de compensación’.

Entonces, se dice que en ‘venganza’ se desataron todo tipo de maldiciones y fantasmas que rondan La Noria y al propio Cruz Azul, la más conocida de todas, y por la que llegaron a hacer hasta limpias en sus instalaciones, es la que justificaba, con todo el colorido mexicano, la sequía de títulos de Liga de los cementeros, la cual afortunadamente llegó a su fin en el 2021.

Una de las visitas que le causan escalofríos a los empleados del deportivo es la de una niña vestida de blanco. Además, entre otros ruidos extraños, carcajadas burlonas y espíritus que, se presumen, provienen justo del panteón, se han visto hasta perros con los ojos rojos, según los mismos testigos del club.