Algunas derrotas no se borran con el tiempo, y para Cruz Azul, la semifinal del Guard1anes 2020 contra Pumas UNAM fue una de esas noches que dejaron marca. Tras un partido de ida que parecía asegurar el pase a la final con un contundente 4-0 a favor, nadie imaginaba que en Ciudad Universitaria ocurriría un giro imprevisto que marcaría la historia reciente del club.
El 6 de diciembre de 2020, la noche en la Ciudad de México se convirtió en pesadilla. Los Felinos protagonizaron una remontada histórica: Juan Ignacio Dinenno, Carlos González y Juan Pablo Vigón anotaron para empatar el global y dejar fuera a Cruz Azul gracias a su mejor posición en la tabla de la Liga MX. La incredulidad y frustración se apoderaron de la afición cementera.
Lo que no muchos recuerdan es que había un ex representante de La Máquina sentado en el banquillo de los universitarios aquella vez. Así es, Israel López, mediocampista de Cruz Azul entre 2006 y 2008 era auxiliar en ese equipo de Andrés Lillini y vivió la frustración cementera en primera plana.
Ahora, en diálogo exclusivo con Vamos Azul, recuerda aquella serie con una mezcla de orgullo y emoción. “La verdad fue una noche muy especial, yo estaba operado, me había lastimado el tendón de Aquiles una semana antes y no me quería perder el poder estar ahí en la banca, en el vestidor, junto con Andrés y todo el grupo”.
“Obviamente para Cruz Azul fue un golpe muy duro, pero para nosotros fue un júbilo enorme. Los jugadores se pusieron la camiseta al mil y dejaron todo en el campo. Como técnico, uno agradece ver esa entrega y profesionalismo”, aseguró, recordando ese paso por La Noria, donde estuvo cerca de obtener la gloria en el Clausura 2007 y la posibilidad le fue arrebatada ante Pachuca y luego, en 2008, le ganó la final del Apertura con Toluca al equipo de Benjamín Galindo.
¿Qué secreto hubo en Pumas detrás de la remontada ante Cruz Azul?
Respecto al secreto detrás de aquella voltereta de Pumas, comentó que “las herramientas técnicas y tácticas ya las tenían los jugadores, pero nosotros buscábamos darles un plus, mostrarles dónde podían hacernos daño y cómo podían contrarrestar al rival“. “Lo importante fue llenarles la cabeza con el famoso ‘sí se puede’, el ‘no te rindas’”, recordó López.
Su labor también incluyó la preparación de jugadas especiales en la táctica fija, pero el enfoque principal estuvo en la motivación de los jugadores. “Sabíamos que si en los primeros minutos lográbamos marcar, ellos iban a sufrir bastante, como nosotros sufrimos en el Azteca. Fue una noche inolvidable. Desde el inicio se sentía especial, incluso sin aficionados por la pandemia, era nuestro grupo y nuestra energía la que importaba”.
