El mercado de pases de cara al Clausura 2024 está más movido que nunca. Por primera vez en mucho tiempo, Cruz Azul ya pareciera tener el plantel cerrado con varias semanas por delante antes del inicio del torneo. Sin embargo, durante los últimos meses también se ha dejado en evidencia la planificación improvisada que llevaron a cabo algunos directivos.

Y es que los cementeros se deshicieron de cinco de sus últimos siete refuerzos, un dato no menor y que deja retratados a Jaime Ordiales, Víctor Velázquez y compañía. Con el arribo de Iván Alonso a la dirección deportiva se ha puesto fin a este despilfarro sin conciencia y que solo sirvió para cargarse de deudas y decepcionar a la afición.

Los casos más destacados de esta idea son Carlos Salcedo y Moisés Vieira. El defensor central llegó con el aura de estrella bajo la protección de Ricardo Ferretti. No obstante y una temporada después, el zaguero se marcha de mutuo acuerdo con la institución después de no haber podido hacer pie y ganarse el repudio de los fanáticos.

Vieira, en cambio, es un caso distinto. Tuvo pinceladas que presagiaban un buen acierto pero el brasileño nunca se pudo adaptar del todo a México. Al igual que Salcedo, y tan solo una temporada después. pone rumbo de vuelta a Brasil para enrolarse en las filas del Fortaleza, club desde el que llegó hace unos seis meses.

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Jesús Dueñas también decepcionó en Cruz Azul

Otro jugador que decepcionó y sobre el que se puso el signo de interrogación desde el primer día fue Jesús Dueñas. Otro pedido de Ricardo Ferretti. Las lesiones le jugaron una mala pasada y apenas estuvo disponible por unas cuantas semanas. Aún y así, no pudo ganarse un lugar en el campo y también saldrá en esta ventana de transferencias.

Cambindo y Castaño, dos casos distintos en Cruz Azul

Diber Cambindo y Kevin Castaño son los otro dos jugadores que también dijeron adiós con tan solo seis meses en el equipo. El delantero colombiano empezó bien pero luego se fue apagando. Sale con rumbo al Necaxa en una cesión por una temporada en donde espera ganar sensaciones, y, quizás en un futuro no lejano, volver a La Máquina.

Lo de Castaño tiene su apartado positivo y negativo. En primer lugar es un jugador con talento que deslumbró más con su selección que con Cruz Azul, de ahí a que se pierda a un buen futbolista recién llegado. Pero como compensación dejará un buen dinero en las arcas de los celestes: se marcha al Krasnodar, de Rusia, a cambio de $7,5 millones de dólares por el 70% de su pase.