El Clásico de Hidalgo que protagonizaron Cruz Azul y Pachuca fue uno de los más accidentados que se recuerde. Es que más allá del resultado final, hubo varias acciones de juego que pusieron en riesgo la integridad física de varios jugadores. Primero llegó la tarjeta roja a Jesús Orozco Chiquete, apenas a los 18 minutos, aunque Jhonder Cádiz también lo lastimó.

Ya en el segundo tiempo, fueron los tuzos quienes ‘picaron’ las acciones y por ende se vieron perjudicados con lo que llegó después. Primero Julián Quiñones le metió una plancha a Rodolfo Rotondi en el área de Kevin Mier, algo que revisó el VAR para luego determinar que el colombiano debía ser expulsado.

Momentos después llegó la gran polémica de la noche: Alonso Aceves le metió una patada en el rostro a Ignacio Rivero en el área del cuadro local, en su afán de despejar una pelota aérea. Si bien nunca lo vio al uruguayo, lo cierto es que lo dejó sangrando y el VAR una vez más fue el protagonista.

El árbitro repasó la jugada varias veces y se convenció: expulsó al futbolista de Pachuca y marcó penal en favor de Cruz Azul. Fue el Toro Fernández quien se hizo cargo del remate a portería, teniendo en cuenta que el siempre designado Ángel Sepúlveda no estaba. Sobrio, el charrúa cruzó la pelota y abrió el marcador.