La salida de Rodrigo Huescas ha revelado un punto crucial que atañe a la directiva de Cruz Azul. Si bien el valor de mercado del mexicano es de 6 millones de dólares, su cláusula de rescisión es de apenas 2 millones de dólares, una discrepancia que ha sorprendido a muchos.

Para entender un poco más esta situación, es oportuno remontarnos un par de años atrás, cuando Huescas estuvo a punto de irse gratis al Porto. En ese momento, el canterano accedió a renovar su contrato, estableciendo una cláusula de rescisión de 2 millones de dólares acorde a su salario.

Conforme pasó el tiempo, Rodrigo Huescas se convirtió en una pieza importante del equipo, pero los temas administrativos se alargaron, no solo con él, sino con varios jugadores más. Esta desorganización en la directiva de Cruz Azul era evidente antes de la llegada de Iván Alonso.

Cuando la nueva directiva comenzó a revisar los contratos, se dieron cuenta de la cláusula tan baja de Huescas y de inmediato intentaron renegociar una extensión de contrato con el jugador. Aunque evidentemente se venía un aumento salarial, también se contemplaba un incremento en la cláusula de rescisión.

Con el nuevo contrato, esta cláusula rondaría entre los 8 y 10 millones de dólares, un monto que el futbolista sabía que prácticamente haría imposible su sueño de ir a Europa. Por esta razón, el jugador decidió no renovar.

La salida de Rodrigo Huescas evidencia garrafal error de la directiva de Cruz Azul. (Foto: Imago7)

Huescas “aprovechó” el error de la directiva de Cruz Azul

En este contexto, los agentes de Rodrigo Huescas comenzaron a buscar oportunidades y apareció el Copenhague de Dinamarca, que aprovechó la cláusula insólitamente baja.

Finalmente, Huescas decidió aprovechar la oportunidad de cumplir su sueño de jugar en Europa. Aunque Cruz Azul quería obtener más dinero por su traspaso, las gestiones anteriores no lo permitieron, algo que se atribuye a la demora en definir una estructura administrativa sólida por parte del ingeniero Víctor Velázquez.

En resumen, Huescas se irá al Copenhague con un contrato de cinco años, cumpliendo su sueño. Esta situación deja una lección importante para la directiva de Cruz Azul sobre la necesidad de una mejor gestión administrativa y la importancia de revisar y actualizar los contratos de sus jugadores.