En el fútbol moderno, los salarios de las grandes figuras se han convertido en un tema tan comentado como los goles o los títulos. Las cifras que manejan los clubes más poderosos del continente son tan impresionantes que, en muchos casos, superan los presupuestos de instituciones enteras de otras ligas. En México, la Liga MX no es ajena a esta tendencia.

El fichaje de una estrella o la renovación de un contrato pueden cambiar por completo la estructura salarial de una plantilla. Los clubes más ambiciosos, como Tigres UANL o Cruz Azul, están dispuestos a romper moldes con tal de asegurarse a los futbolistas que marcan la diferencia.

La cadena DAZN, reconocida por sus transmisiones del Mundial de Clubes, reveló que el contrato de Ángel Correa con Tigres UANL alcanzaría los 4 millones de dólares brutos por temporada. Se trata de una cifra que sitúa al argentino entre los jugadores mejor pagados del continente, y que obligó al club auriazul a realizar un importante esfuerzo financiero.

Por otro lado, según el diario mexicano El Financiero, el guardameta colombiano Kevin Mier percibe un salario cercano también a los 4 millones de dólares por año en Cruz Azul. Su llegada fue una apuesta costosa, pero que rápidamente se justificó con sus actuaciones y el impacto inmediato que tuvo en el equipo.

El caso resulta llamativo: mientras Correa llega como refuerzo estelar para Tigres, Mier ya consolidó su valor como una de las figuras más determinantes del campeonato mexicano. Dos futbolistas con trayectorias distintas, pero con un sueldo que los coloca en la élite del fútbol latinoamericano.

Alonso y el nuevo mercado salarial en México

Iván Alonso, actual director deportivo de Cruz Azul, ha sido uno de los principales artífices de esta política de inversión estratégica. Su gestión apunta a equilibrar el gasto con el rendimiento deportivo, algo que se vuelve cada vez más difícil en una liga donde los salarios millonarios se han convertido en la norma.