En el futbol, las salidas rara vez son inocuas. No importa solo quién se va, sino cómo y cuándo lo hace. En Cruz Azul, esa diferencia quedó marcada a fuego a principios de 2025, cuando una decisión tomada sin aviso previo alteró el rumbo del proyecto deportivo y dejó una sensación difícil de borrar entre los aficionados.

Eso fue lo que ocurrió con las recientes palabras de Sebastián Abreu. El exdelantero celeste, hoy director técnico de Xolos de Tijuana, habló de su futuro con una franqueza poco habitual, y aunque su mensaje no estuvo dirigido a Cruz Azul, en La Noria fue imposible no escuchar un eco familiar. Inevitablemente, remitió a una herida reciente: la abrupta salida de Martín Anselmi.

Abreu atraviesa un buen momento tras un sólido Apertura 2025. Con contrato vigente y respaldo deportivo, el uruguayo no habló desde la urgencia ni desde el conflicto, sino desde la prevención. En una entrevista con La Mañana del Fútbol, explicó que su contrato contempla una cláusula muy específica: si lo llaman la Selección Uruguaya o Nacional, puede salir sin inconvenientes.

El Loco apeló a una mezcla de romanticismo y frontalidad para explicarlo. Dijo que, como marca la canción ‘A Don José’, “si la patria me llama, aquí estoy yo”, y remarcó que a la Selección nunca se le da la espalda. En ese mismo sentido, aseguró que las puertas siempre estarán abiertas para conversar con ambas instituciones, algo que -explicó- está estipulado desde el inicio y no es un tema que necesite ocultarse.

Apeló a la frase “el que avisa no traiciona” para justificar su postura y dejó en claro que no se trata de una puerta abierta a cualquier destino, sino de dos sueños personales que prefirió dejar asentados desde el inicio. Para Abreu, anticiparse no es debilidad, sino una forma de respeto hacia el club que hoy le da trabajo.

El espejo inevitable: el caso Martín Anselmi en Cruz Azul

Y ahí aparece el paralelismo imposible de esquivar. En Cruz Azul, el recuerdo es reciente y doloroso. Martín Anselmi dejó su cargo a inicios de 2025, con el Clausura ya en marcha, para marcharse al FC Porto. No hubo cláusula anunciada, ni mensaje anticipado, ni margen para la transición. La decisión sorprendió a la directiva, al plantel y, sobre todo, a la afición.

Porto terminó acordando un pago a Cruz Azul de una cifra cercana a 3.5 millones de dólares. (Getty Images)

El resultado fue un conflicto legal, un quiebre total con el entorno celeste y una sensación persistente de abandono. Anselmi pasó de ser un técnico respaldado a convertirse en un símbolo de lo que no se quiere volver a vivir en La Noria. El paso del tiempo no suavizó la herida: su salida dejó la sensación de que Cruz Azul fue dejado a mitad del camino.

La notable diferencia entre Martín Anselmi y Sebastián Abreu

Abreu no anunció una salida ni puso fechas sobre la mesa. Pero sí dejó algo fundamental: el contexto. Explicó los escenarios posibles, los limitó y los comunicó. En otras palabras, preparó el terreno para que, si llega el momento, no sea vivido como una traición.

Anselmi, en cambio, dejó a Cruz Azul en plena competencia, sin tiempo de reacción y con consecuencias deportivas inmediatas. Esa diferencia explica por qué hoy el discurso de Abreu (aunque en Xolos no haya sido recibido con aprobación plena) se percibe diferente al del argentino.