La noche en el Olímpico Universitario pintaba para un reencuentro cargado de emociones: Nicolás Larcamón debutaba oficialmente al mando de Cruz Azul, mientras que del otro lado, Robert Dante Siboldi regresaba para enfrentar a su antiguo equipo. Sin embargo, el choque que prometía fue más lucha que fútbol, dejando un deslucido empate sin goles.
Tras el silbatazo final, Siboldi no se guardó los elogios, ni siquiera con un empate sin goles. “Por los jugadores y por el técnico que tienen, sin dudas, son el rival a vencer”, expresó ante los medios. Y es que, para el uruguayo, el potencial de La Máquina va más allá de los once titulares, destacando la profundidad de un plantel que, según él, pondrá en aprietos a cualquiera en la Liga MX.
“Es difícil hacer un análisis tan rápido, cuando enfrentas a un rival como Cruz Azul que tiene un gran plantel, no solamente los 11 que inician, sino también los que esperan. Me llevo una grata presentación de parte de mi equipo porque entregaron y dejaron todo”, expresó haciendo un intento veloz de analizar el encuentro.
“Por momentos se jugó muy bien al fútbol, pusimos en aprietos a Cruz Azul, tuvimos nuestras opciones, Cruz Azul también tuvo las suyas. Corrimos riesgos, jugamos al mano a mano”, agregó Siboldi, satisfecho con la valentía de sus jugadores para plantarle cara a uno de los candidatos al título, según su apreciación.
Aunque Cruz Azul dominó varios tramos del encuentro y tuvo ocasiones claras (incluida inmejorables chances de Ángel Sepúlveda y Mateo Levy), la noche terminó en tablas. Larcamón y los celestes salieron con la presión de saber que la afición exige un arranque contundente, y las palabras de Siboldi solo sirven para subrayar la vara alta con la que será medido el proyecto cementero.
La reacción de la afición de Cruz Azul al empate frente a Mazatlán
Luego del silbatazo final, la afición cementera que abarrotó las gradas del Estadio Olímpico Universitario no ocultó su molestia. Los abucheos y silbidos retumbaron con fuerza, reflejo de la inconformidad por el rendimiento gris que mostró Cruz Azul en su debut. Para muchos, el empate supo a poco, sobre todo tras un mercado de fichajes que había encendido ilusiones.
Incluso, entre los cánticos emergió el nombre de Vicente Sánchez, el técnico interino que, apenas hace unos meses, supo ganarse el corazón celeste y se despidió con la Concachampions en las vitrinas. Una señal clara de que, para la tribuna, el crédito de Larcamón deberá construirse con victorias y buen fútbol.