El nombre de Silvio Rodrigo Borjas quizás no es el más recordado en Cruz Azul, sobre todo por su breve ciclo en el primer equipo. Si bien permaneció en el Hidalgo durante algunos años, apenas logró disputar dos partidos en el máximo nivel, siendo Tomás Boy el entrenador que lo debutó.
En diálogo exclusivo con Vamos Azul, el defensor central de 36 años recordó el día de su bautismo cementero. “El partido creo que fue contra Venado, era un equipo del ascenso (…) Recuerdo que hubo una jugada en un centro de cortado, que cuando yo iba a rechazar con la pierna de repente la pelota mete un bajón ahí y me tiro de cabeza y casi marco un gol en contra, pero pude rechazar, y yo estaba esperando la puteada de Jesús Corona, y al contrario me levantó del piso y me dijo “bien Paragua, bien Paragua”.
En ese vestidor de la temporada 2016/17 había grandes figuras y de enorme personalidad, con quienes pudo establecer una relación de amistad. “Desde que llegué hasta el día que salí, conocí gente maravillosa dentro del fútbol y fuera del fútbol. La verdad que los mexicanos son muy parecidos a los paraguayos, son muy amigables”.
“Hice muchas amistades, entonces me identifico mucho. Aparte que tengo todavía algunos amigos que ya no están ahora en Cruz Azul. Por ejemplo, como el Cata Domínguez, que hice una muy buena relación con él. Entonces siempre estamos ahí. Después estuvo Pablo Aguilar, que también es amigo mío“.
“Entonces también estaba siempre viendo los partidos. Y como fanático del fútbol, obviamente que siempre estoy pendiente. Era un club que me dio prácticamente todo y me identifico bastante. Sí, me hubiese gustado estar más tiempo, pero bueno. El paso que tuve, fui muy feliz y tampoco tengo nada por reprocharme”, confesó.
Sorprendido con la calidad dentro de Cruz Azul
“La verdad que siempre dije, si bien mi relación con el Cata Domínguez es más personal y con este que es defensor y un emblema del fútbol mexicano, creo que Jesús Corona fue la persona que desde un principio empezó a arroparnos a los más chicos, a consultarnos, a mostrarnos el camino del profesionalismo también”.
“También Gerardo Torrado, que era un emblema allá de México, que también son personas referentes que me tocó tener de cerca y la verdad que fue algo maravilloso porque hasta hoy día yo intento hacer lo mismo que ellos hicieron conmigo, explicarles un poco a los más jóvenes el camino, cuál es la forma de llegar, que tampoco te garantiza, pero es más fácil cuando uno hace todo lo posible, tanto dentro como fuera de la cancha”.