Vicente Sánchez reapareció públicamente, en medio de versiones que lo acercan a los banquillos, y, sin buscar polémica, abrió una ventana a su etapa en La Noria. Un ciclo breve, intenso y todavía muy presente en la memoria de la afición, no solo por los resultados, sino por la forma en la que logró sostener a un equipo expuesto a una presión constante.
A inicios de 2025, la salida abrupta de Martín Anselmi rumbo al FC Porto obligó a la directiva a reaccionar de inmediato en pleno Clausura. Sánchez, que trabajaba con la Sub-23 y había llegado apenas un año antes de la mano de Iván Alonso, fue promovido al primer equipo en un contexto complejo, con poco margen de error y con dos competencias por delante.
Asumir el equipos como Cruz Azul nunca es una tarea sencilla, pero hacerlo en medio del torneo y con la obligación de competir por todo eleva la vara. Sánchez lo entendió desde el primer día. El equipo debía responder en un entorno mediático intenso y una afición que exigía resultados inmediatos. “Nosotros teníamos una responsabilidad en un equipo gigante (Cruz Azul), en el cual la responsabilidad era salir campeón y fuimos por los dos torneos”, explicó en Fox Sports.
¿Cuál fue la clave del éxito de Vicente Sánchez en Cruz Azul?
Más allá de los planteamientos tácticos o la preparación física, Vicente Sánchez dejó en claro que su mayor desafío estuvo en otro plano. Para él, dirigir no se limita a ordenar un equipo dentro de la cancha, sino a gestionar todo lo que rodea al futbolista moderno.
“Hoy el factor distractor es muy importante dentro de un equipo de fútbol. Es muy difícil esa parte: el teléfono”, confesó. En un club como Cruz Azul, el ruido externo se convierte en una amenaza diaria. Rumores, críticas, versiones sin sustento y presión constante forman parte del entorno con el que deben convivir.
Sánchez profundizó aún más en ese aspecto: “La parte emocional del jugador es algo que en los últimos años ha sido uno de los problemas más grandes que tienen los clubes, más los equipos que son muy populares”. Por eso, su objetivo fue claro desde el inicio: proteger al plantel y aislarlo del exterior.
“Uno tiene que intentar llegar al entrenamiento y aislar al jugador lo máximo que se pueda, enfocarlo en lo que teníamos”, señaló, describiendo una metodología silenciosa pero determinante en el rendimiento del equipo.
La reacción de Vicente Sánchez a los cuestionamientos
Durante el torneo, las versiones sobre su persona y sobre el grupo no tardaron en aparecer. Sin embargo, Sánchez optó por una postura firme: no responder al ruido. Incluso cuando los propios jugadores salieron públicamente a respaldarlo, el entrenador entendió el riesgo de entrar en esa dinámica.
“A veces cuando uno sale a aclarar una mentira es darle importancia a esa mentira. Entonces, a veces es mejor mantenerse callado y seguir enfocado en lo que uno tiene que hacer”, explicó. Para él, el camino estaba en el trabajo cotidiano: “Como se entrena, se juega”, resumió, dejando en claro la filosofía que guió al equipo durante ese semestre.
El punto de quiebre de la gestión de Vicente Sánchez en Cruz Azul
Uno de los momentos que marcó su etapa fue la eliminación del América, un rival que históricamente había sido un obstáculo para Cruz Azul en instancias decisivas. Lograr dejarlo fuera, después de dos décadas sin conseguirlo en duelos directos de esa magnitud, fue una confirmación de que el enfoque había dado resultado.
“En esa semana previa trabajamos muy serio con los jugadores, muy mentalizados para poder aislarlos de todo el entorno y lograr lo que se consiguió”, recordó. Para Sánchez, ese episodio fue una prueba clara de que la gestión emocional y el aislamiento del ruido externo habían tenido un impacto directo en el rendimiento colectivo.
