Cruz Azul tenía el partido sentenciado, y es que el tres a cero que había propinado a los Pumas de la UNAM antes de cumplir 15 minutos de la semifinal de ida de la Liguilla lo dejó listo por el resto del encuentro. Los jugadores se relajaron y no buscaron con tanta ansiedad otro gol que les dejara lista la clasificación.

A los dos minutos el tanto de Roberto Alvarado, a los ocho el de Rafael Baca y luego a los 12 el de Luis Romo le darían calma a la Máquina: un tres cero era suficiente pensando en clasificar a la siguiente ronda. Pero ese no sería el resultado definitivo.

Sin embargo, a los 95 minutos, el mismo Romo anotaría el de la tranquilidad: el volante celeste, reconvertido en defensor con el correr del partido, aprovecharía los espacios que le dejó una adelantada zaga de los Pumas y disparó al arco de Julio González para marcar el segundo personal.

El volante mexicano, uno de los MVP del partido, marcó el cuatro a cero que sería definitivo y dejó las semifinales inclinadas a favor de Cruz Azul y con una ventaja prácticamente irremontable de cara a la vuelta del próximo domingo.

La Máquina Cementera llega al juego ante Pumas con la clasificación en el bolsillo: un gol obliga a los rivales a meter seis para avanzar a la final, ante un rival aún desconocido que saldrá entre Chivas y León este sábado.