Un directivo de Sportivo Luqueño habló en entrevista con Récord sobre cómo Aguilar le ganó a una enfermedad que lo afecta desde niño y hoy, gracias a su esfuerzo y superación inquebrantable, está rompiéndola en Cruz Azul.
Pablo Aguilar llegó a Cruz Azul en el presente mercado y con un partido oficial disputado, ha sido uno de los mejores jugadores del plantel del Apertura 2018. Pero no siempre fue así y Jorge Vera, directivo de Sportivo Luqueño, club de origen de Aguilar, contó su esforzada historia de vida, en entrevista con Récord.
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“Empezó cuando jugaba para Arsenal de Sarandí, había pasado por San Luis y Colón, cuando le diagnosticaron un problema serio de plaquetas (púrpura trombocitopénica idiopática). Prácticamente le habían cerrado todas las puertas”, comenzó Vera.
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Además, explicó cómo el club de sus orígenes le tendió una mano en sus peores momentos. “Él estuvo parado un tiempo y Sportivo le tendió la mano, Pablo es alguien muy querido por la institución, él es un ejemplo para todos. Regresó al club por mucho menos dinero del que ganaba en ese momento, se acopló a lo que se le podía pagar. Pablo no quería retirarse y él nunca se quebró y mucho menos se dio por vencido. Ahora nada más hay que ver todo lo que ha logrado”, añadió Vera.
El directivo también fue enfático en explicar que lo más importante fue su círculo cercano para evitar que Aguilar se quebrara. “Estuvo haciendo tratamiento con Luqueño por alrededor de seis meses, incluso estuvo jugando con muchas complicaciones, pero Pablo nunca se dejó caer. Tenía el apoyo de su familia que nunca lo dejó solo, y su fe y la religión lo impulsaron. Si le muestras una imagen de la virgen de Caacupé, que es la virgen de Paraguay, él reacciona de inmediato, es muy sensible a la imagen, porque él se encomienda mucho a ella”, detalló.
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Aguilar se operó luego de salir campeón con Xolos en 2012, se extirpó el bazo, y dejó de padecer la púrpura que lo afectó por tantos años.