La carrera de Mariano Pavone se divide en dos etapas: antes y después de Cruz Azul. El equipo de La Noria fue un bálsamo para el delantero argentino que veía apagada su llama desde su vuelta de España. Con los cementeros alcanzó la Liga de Campeones de Concacaf y se codeó entre los 20 máximos anotadores en la historia de los celestes. Hoy, el jugador cumple 38 años y desde Vamos Cruz Azul le rendimos homenaje.

Pavone nació en Tres Argentos, una pequeña localidad en la provincia de Buenos Aires, Argentina. Con 1,78 de estatura y un físico de jugador de fútbol americano, el delantero destacó desde las categorías menores. Primero fue en las fuerzas básicas de Boca Juniors y luego en la de Estudiantes de La Plata, equipo con el que debutó en primera división un mes de enero del año 2000.

Potente, fuerte, y con un extraño sentido de la ubicación para un jugador tan pesado, su destreza en el terreno lo hizo crecer a pasos agigantados en el fútbol del sur del continente. Tras siete años con el equipo de La Plata, dio el salto a Europa de la mano del Betis de España. Los 7 millones de euros que desembolsó el equipo de Sevilla por su pase, cargaron de excesivas expectativas su llegada y que al final no fueron recompensadas.

 

Solo tres años duró en el equipo verdiblanco hasta que River Plate lo adquirió a modo de préstamo. Con el equipo ‘Millonario’ tuvo un andar intermitente en el que no se acercó al jugador que era en Estudiantes: su llama se estaba apagando. En el 2011 quedó libre y su pase lo compró Lanús, pero ya el Pavone actual no era el de antaño, y tras apenas un año, llegó Cruz Azul.

Con la máquina jugó un total de 103 partidos, anotando en 41 ocasiones. El más importante de sus goles se dio en la final de la Liga de Campeones de la Concacaf 2014, ante el Toluca. Había sido el último título del Cruz Azul hasta que alzaron la Copa MX en 2018. Pavone quedó en el lugar 20 de máximos goleadores del conjunto de La Noria. Además, el futbolista que hoy celebramos también alzó la Copa MX del 2013 ante el Atlante en penales. 

¡Feliz cumpleaños, Tanque!