La Jornada 8 del Apertura 2025 dejó uno de los duelos más intensos y accidentados del torneo: el clásico entre Pachuca contra Cruz Azul en el Estadio Hidalgo. La Máquina se llevó tres puntos de oro gracias al gol del Toro Fernández, en un encuentro que tuvo expulsiones, mucha acción del VAR, y un cierre de máxima tensión.
El ambiente en el estadio reflejó la frustración de los locales, y al final del juego, su técnico, Jaime Lozano, no se guardó nada en la conferencia de prensa. El estratega de los Tuzos dejó en claro su malestar con el arbitraje, especialmente por la acción que terminó con Nacho Rivero ensangrentado tras un patadón y la expulsión de su jugador, Alonso Aceves: “Nos cambió el partido en unos minutos”.
ver también
La criminal patada de Jesús Orozco Chiquete que derivó en su expulsión en el Cruz Azul vs Pachuca
“La expulsión de Quiñones está bien marcada, la segunda no la entiendo, el jugador de Cruz Azul se lanza de palomita y baja la cabeza”, marcó en primera instancia. Para el técnico, lo sucedido con Aceves cambió por completo el rumbo del partido: “Si quieres despejar un balón y alguien se tira de paloma, terminas poniendo en riesgo la integridad de cualquier jugador”.
Aunque Pachuca tuvo buena parte de minutos de superioridad numérica tras la temprana expulsión de Chiquete Orozco, el portero Kevin Mier se vistió de héroe con atajadas clave. Lozano reconoció que su equipo volvió a “hacer figura al portero rival”, lo que sumado a las decisiones arbitrales, dejó un sabor amargo en los Tuzos. “Estoy que ardo por dentro“, reflejó el ex jugador de La Máquina.
Kevin Mier se lució en el Cruz Azul vs. Pachuca con atajadas clave
El arquero colombiano volvió a ser determinante para Cruz Azul. Mier respondió en los momentos más críticos del partido, especialmente durante la primera mitad, cuando Pachuca aprovechó la expulsión de Chiquete para presionar con todo. Con esa seguridad que lo caracteriza, desvió varios remates de media distancia que tenían destino de gol y que mantuvieron a la Máquina con vida.
En el complemento, cuando la tensión continuaba en ascenso, se consolidó como figura con intervenciones clave frente a los delanteros tuzos. Sus atajadas transmitieron confianza a sus compañeros y terminó siendo uno de los pilares de la victoria cementera.
