Cuenta la historia oficial que La Noria fue inaugurada un 10 de octubre de 1990 y desde entonces se convirtió en el espacio donde entrena uno de los equipos de futbol más importantes del país: Cruz Azul.Pero también,cuentanlas voces de quienes tienen una segunda casaenlas instalaciones del complejo deportivo, ubicado en Xochimilco, que por sus canchas y pasillos se pueden observar situaciones que superan la normalidad de la vida diaria: espíritus, almas de seres que perdieron la vida, entes; fantasmas.
“Nosotros ya estamos acostumbrados a ver muchas cosas rarasaquí“, trabajador de La Noria.
Y es que hay que comenzar a contar desde los inicios,de acuerdo con información del propio club,Cruz Azul, el terreno donde ahora se encuentraLa Noria se adquirió en 1986 y consta de 46,600 metros cuadrados; sin embargo, un detalle no menor, es queal lado, se encuentra uno de los panteones más grandes de Xochimilco,el Panteón Xilotepec.
Años más tarde, en 1998, para poder construir la sede de las prácticas del conjunto cementero, como se conoce actualmente, los trabajadores tuvieron que ‘robarle’ un pedazo de terreno al cementerio, así lo relató el escritor mexicano Carlos Barrón en la crónica titulada ‘El camposanto de cemento’, publicada en su libro ‘Tiempo de compensación’.
Entonces, se dice queen ‘venganza’ se desataron todo tipo de maldiciones y fantasmas que rondan La Noria y al propio Cruz Azul, la más conocida de todas, ypor la que llegaron a hacer hasta limpias en sus instalaciones, es la que justificabaconsu colorido toque mexicano la sequía de títulos de Liga de los cementeros, que afortunadamente llegó a su fin este año.
La niña de blanco y los fantasmas
Pero eso no es todo, pues los trabajadores de La Noria han sido testigos, además, de otros sucesos extraños en el complejo, tal como lo han relatado a diversos medios mexicanos con el correr de los años.
Una de las visitas que le causan escalofríos a los empleadosdel deportivo es la de una niña vestida de blanco,con un vestido de primera comunión, quien suele aparecer en la cancha o en algún pasillo como si estuviera esperando a alguien, y a la cual también le gusta subirse al camión que traslada al equipo,asílo contó alguna vez un guardia de seguridad.
“Es una niña de entre 12 y 14 años con pelo largo, se ve natural, nada que ver con los personajes de las películas. Ni siquiera se ve transparente ni nada, se ve como una niña normal. Se aparece muchas veces en el año. Cuando el día ya está sólido, aparece a cualquier hora“, relató un policía para ESPN hace ya siete años.
Sin embargo, no es la única pequeña que aparece en La Noria, pues otros testimonios han asegurado que también se escuchan las risas de varios niños, como si estuvieran jugando por las canchas, lo impresionante es que al querer conocerlos, se percatan de que no hay nadie cerca.
También, cuentan quienes lo han visto, que de vez en cuando los visita un señor, quiense pasea por todas las instalaciones, incluso, han llegado a pensar que se trata de un compañero de trabajo más, no obstante,al tratar de identificarlo, desaparece.
Y entre otros ruidos extraños,carcajadas burlonas y espíritus que, se presumen,provienen justo del lado donde está el panteón, se encuentran también algunos perros, pues hay empleados que dan testimonio de que cada tanto ingresan a La Noria, aunque, con la diferencia de los ‘normales’ de que ellos tienenlos ojos rojos. Relatos más, relatos menos.
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