El jueves pasado explotó el último de una serie de capítulos que distan mucho de corresponder con la historia de Cruz Azul en el fútbol mexicano. Acusado y señalado por malversación de fondos, Guillermo Álvarez, el presidente de La Máquina, vive otro episodio pantanoso que deja manchada la imagen del club a raíz de los efectos colaterales que dejan sus actos. Para mayor sorpresa -o desilusión- de la fanaticada cementera, el del jueves se suma a una larga lista de incidentes negativos en la última década que aventajan en mucho a las conquistas del club en esa misma época.

Con más de 30 años al frente del club de La Noria, Billy Álvarez ha tenido a parte de la Cooperativa en su contra desde el 2010. En aquellos años, un grupo de socios disidentes al director general, fue expulsado entre demandas por fraudes y lavados de dinero. Por irónico que parezca, el líder de aquel movimiento era encabezado por Alfredo Álvarez, el hermano de Billy.

Después de cinco años de disputa, en agosto de 2015, los problemas se agravaron a raíz de los litigios legales en el interior de la Cooperativa que derivaron en la detención del Presidente del Concejo de Administración, Raúl Enríquez; quien era explícitamente adverso a los manejos de Billy.

Años de paz. A pesar de que el tiempo fue apaciguando los ánimos, solo hacía falta una pequeña chispa para que el fuego volviera arreciar. A mediados del 2019, un grupo disidente al presidente tomó las instalaciones del cooperativo Cruz Azul exigiendo la renuncia de Álvarez.

En diciembre de ese mismo año, hubo un choque entre los que estaban a favor de Billy y sus opositores. Todo sucedió en un hotel de la Ciudad de México, luego de que el presidente organizará una rueda de prensa para explicar el conflicto que sucedía dentro de la Cooperativa.

Demandas entre pares. A distancia de todos estos litigios entre los empleados y directivos, entre los mismos jerarcas se han sucedido varios episodios remarcables. Uno de los más comentados fue el de Víctor Garcés, vicepresidente del club, quien demandó a Billy en octubre del 2019 por “rendición de cuentas” en la que solicitaba inhabilitarlo pero que al final fue dictada como improcedente.

La más reciente también tuvo a los mismos protagonistas. Garcés enfrentó una demanda por más de 41 millones de pesos luego de, presuntamente, haber recibido pagos indebidos de pensión a lo largo de varios años. Además, Garcés fue inhabilitado de sus funciones el pasado mes de abril al ser señalado de fraude por más de 400 millones de dólares.

La actividadsonrojante de los directivos en las cortes judiciales y en los medios de comunicación, distan mucho del rendimientodeportivoen todos estos años, en donde solo algunos trofeos han compensado la sequía de 23 años que tiene Cruz Azul sin ganar la Liga. Este dato remarca una realidad ignorada pero que cobra mayor vigencia ahora: si lo institucional no está bien, difícilmente el equipo responda… y en Cruz Azul se niegan a verlo.