Desde el año 2018 cuando estampó su firma con el Deportivo San Pedro de Guatemala, César Villaluz no vislumbra un regreso a las canchas en México. Con pasado en Cruz Azul, San Luis, Chiapas y el Celaya, el mediocampista ha vivido en carne propia lo que significa ser desterrado del fútbol azteca.

“Conseguir trabajo en el extranjero es más fácil que en el país”, se lamenta el jugador. El excanterano cementero se encuentra en la Ciudad de México a esperas de resolver su regreso al fútbol de Guatemala, en donde su equipo, el Deportivo San Pedro, jugará la final del ascenso.

La marcha de Villaluz a otro fútbol de menor escala retrata la realidad del futbolista local: “ir a otros lugares a buscar lo que no encuentras en casa”, como diría en su libro “Una luna” el escritor argentino Martín Caparrós. Esta marcha hacia otras latitudes ha representado un problema que se agravó con la crisis del coronavirus: el geográfico.

Viaje largo. A raíz de la pandemia y el cierre de fronteras, Villaluz vivió un auténtico calvario para regresar con su familia en México. De 13 a 15 horas fue el tiempo que estuvo manejando para recorrer los 1,382 km que separan al país centroamericano de la Ciudad de México.

“Me tuve que venir en automóvil desde allá porque cerraron las fronteras de un día para otro… No nos dejaban pasar, estábamos condenados a quedarnos. No nos dejaban pasar la frontera hasta que le mostré a la gente de migración un video del Secretario de Relaciones Exteriores (Marcelo Ebrad), donde dice que los mexicanos podían regresar al país”, explicó.

Desde medio guatemaltecos se informó que el San Pedro está tramitando con las autoridades mexicanas el regreso del mediocampista, que se espera se haga efectiva en los próximos días y por la misma vía: terrestre; por lo que a Villaluz le esperan otras 13 o 15 horas de camino.

30 horas entre uno y otro viaje parecieran muchas, pero la realidad que expone el jugador es aún más pesada que la larga travesía: el sacrificio de ir a otras ligas porque la tuya te jubiló sin siquiera darte una despedida.