Dicen los entendidos que la fidelidad se paga caro. En el mundillo del futbol, son escasos los ejemplos de amor incondicional por unos colores, más aún en una época de contratos surrealistas en el que los futbolistas se entregan ‘sin condición’ al mejor postor. En Cruz Azul se está viviendo una situación incómoda con uno de los jugadores con más arraigo en el club: Jesús Corona.

De acuerdo a distintas fuentes cercanas al club cementero, desde las oficinas de La Noria tienen la intención de renovar a Chuy con unos términos distintos a su contracto actual. El sempiterno guardameta termina su vínculo con La Máquina en el próximo mes de junio, y al igual que con Jonathan Rodríguez y Orbelín Pineda, Cruz Azul quiere seguir contando con ellos en un futuro.

Sin embargo, el caso del guardameta es distinto. Con 40 años, y con uno de los salarios más altos del futbol mexicano (1,5 mdd), la institución celeste le ofrece una extensión por un año con una rebaja sustancial de su sueldo actual, y además con la condición de que acepte es estatusde segundo guardameta de la escuadra.

En los planes de Cruz Azul está contemplado la transición del arco para el próximo torneo, por lo que Sebastián Jurado pasaría a ser el primer golero del equipo en detrimento de Chuy, ‘amo y señor’ de la portería en los últimos 10 años. Estas condiciones no han caído del todo bien en el entorno de Corona, quien no está de acuerdo con la reducción de su salario ni con su relevo en el arco, por lo que las negociaciones entre las partes se habrían enfriado.

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Su caso con los cementeros recuerda al que vive Sergio Ramos con el Real Madrid. El capitán de los ‘merengues’ y de la Selección de España es agente libre desde el pasado mes de eneroal no llegar a un acuerdo con el Madrid para una extensión de su contrato. El ‘rocker’ no está de acuerdo con una reducción de sus honorarios y además exige dos años en su contrato, mientras que la Casa Blanca le ofrece solo uno.