Dicen que si algo anda bien no lo cambies, pero Pedro Caixinha lo hizo. Sorpresivamente hizo tres modificaciones respecto al partido anterior, en el que firmó su primer triunfo del torneo, y el resultado le dio la razón: 3-1 ante Atlas.

 

El estratega portugués se dio cuenta que algo no se acoplaba al sistema de juego que a él le gusta: Juan Escobar, Guillermo Fernández y Elías Hernández fueron los sacrificados para el duelo de la Jornada 5 y en su lugar mandó a José Madueña, Édgar Méndez y Orbelín Pineda.

Cruz Azul salió a la cancha del Estadio Jalisco decidido, seguro, con la autoridad que sugiere un equipo de su nivel y dejó claro desde el inicio que quería ganar el encuentro; salió a proponer el encuentro y lo más importante: mostró un estilo de juego muy cercano al que le gusta al estratega portugués.

 No me gustó que hubo oportunidades y no se concretaron. Sabíamos que teníamos que ganar y se dejó una imagen clara: Pedro Caixinha.

Un equipo dinámico, intenso, en el que no encajaba, por ejemplo, Elías Hernández, pero sí Orbelín Pineda, que se mostró más que cómodo por izquierda y también supo jugar a la espalda de sus rivales, como lo hizo en el gol, en complicidad con la velocidad y agilidad que lo caracteriza para definir como figura ante la salida de Camilo Vargas.

Contrario a lo que se observó en el triunfo ante FC Juárez de la semana pasada, en el que Jesús Corona terminó siendo figura, el guardameta de La Máquina fue un espectador más y sólo una jugada a táctica fija, con su respectivo toque de mala fortuna, pudo vencerlo.

En esa perseverancia por encontrar el equilibrio entre la solidez defensiva y la fluidez en el ataque, Cruz Azul está cerca de lograrlo; cinco goles a favor y uno solo en contra en dos partidos puede ser un buen indicador de que Caixinha y sus pupilos van por buen camino.

 

Es cierto que se le ganó a rivales modestos y para fortuna, en la busca de consolidar a este equipo, el cuadro cementero va a enfrentar en la sexta fecha a un equipo que se acaba de quedar sin entrenador técnico, que viene de dos goleadas consecutivas y que no ha ganado en el Apertura 2019.

Suerte, le llaman, pero Pedro Caixinha la ha sabido aprovechar a la perfección, luego del turbulento inicio de torneo en el que todos pedían de manera precipitada su cabeza; así, el equipo llega tranquilo y más que motivado a afrontar la semifinal de la Leagues Cup ante Los Ángeles Galaxy, el próximo martes, dispuesto a firmar una final más en la era Peláez-Caixinha.

Cruz Azul no ha encontrado la perfección, pero Pedro Caixinha nos hace soñar y creer que puede estar muy cerca. Escépticos.