A pesar de que no se pudo conseguir el título, lo hecho por Cruz Azul este semestre fue muy bueno y no debe desarmarse el proyecto. Ya se sabe que haber quedado afuera en los cuartos de final de la Liguilla fue un golpe importante para todo el ambiente celeste. Los goles de visitante terminaron condenando a un plantel que había hecho muy bien las cosas en este último tiempo y hasta se había convertido en el espejo para el resto de los conjuntos del país. Incluso, aquel logro en la final de la Concachampions frente a Toluca pudo haber confundido a algunos jugadores, pero siempre quedará la muy buena imagen mostrada en la gran mayoría de los partidos. Por eso, las atajadas de José de Jesús Corona, la firmeza de Luis Amaranto Perea, el desequilibrio de Marco Fabián, las gambetas de Mauro Formica y los goles de Mariano Pavone deben quedar en la memoria de todos, más allá del resultado final. De esta manera, la directiva no debe dejarse llevar por la eliminación y tiene que renovarles la confianza a estos futbolistas y al entrenador Luis Fernando Tena. Si se puede reforzar el equipo será mucho mejor, pero sino hay que mantener el rico material que se tiene hoy. En algún momento, tarde o temprano, el tan ansiado y merecido título llegará. A no desesperar.