Cruz Azul sigue encima de una nube después de obtener otro campeonato. Los cementeros se impusieron en la final ante el León y consiguieron el tercer Campeón de Campeones en toda su historia. Hubo que esperar 47 años para que un equipo celeste se volviera a coronar como el mejor conjunto de México en todo un año de competencia.

Tras el pitazo final de un duelo que se jugó en Los Ángeles, y con una afición entregada a los dirigidos por Juan Reynoso, un jugador volvió a cobrar un protagonismo inusitado tal cual como lo hizo en la consecución del Guardianes 2021: Ignacio Rivero, quien se volvió a robar la pelota del encuentro y se ha guardado el más preciado de los recuerdos.

Apenas el silbante principal sonó en tres ocasiones su silbato, la imagen del uruguayo corriendo tras el balón fue una de las postales más memorables de la jornada. Aún y cuando sus compañeros se abrazaban y celebraban la conquista del segundo título en menos de dos meses, Nacho iba tras el balón con el que salieron campeón.

La misma fotografía se repitió en la final ante el Santos Laguna en el Estadio Azteca. Por obvias razones aquella tomó un dramatismo y emoción que desbordó a lo que se vivió en la jornada de ayer, y ni aún así Rivero escapó a la tentación de ir tras el esférico para no despegarse de el ni en pleno apogeo de festejos.

"Nacho", escribieron desde las redes sociales del equipo junto a una imagen de la celebración en donde se aprecia al mediocampista uruguayo con un balón en una de sus manos. Después de pasados unos minutos del pitazo final, el charrúa hizo que todos sus compañeros firmaran el balón y guardar así el objeto de la conquista junto con la marca de cada uno de sus protagonistas.