A nueve meses de su salida de La Noria, el mediocampista argentino explicó que jamás logró sentirse importante dentro del plantel de La Máquina.

Ariel Rojas volvió a ser el volante polifuncional que tanto resultado le dio a River Plate. Nuevamente con el Millonario, el argentino recuperó el nivel que no pudo mostrar en Cruz Azul durante 2015 y 2016.

Durante la entrevista que brindó a La Página Millonaria, el mediocampista pampero explicó por qué no logró desplegar su futbol cuando se desempeñó en La Noria.

-¿Por qué no lograste consolidarte definitivamente en México vistiendo la camiseta de Cruz Azul?

-No sé, a veces trato de pensarlo y otras veces, no, porque creo que ya pasó. Es un fútbol distinto. Las posiciones en las que fui jugando no eran las más convenientes para mí, para desarrollar lo que yo sé hacer. Entonces, eso fue haciendo que yo perdiera lugar y confianza. Nunca me terminé de poder adaptar o sentirme importante en el equipo. A partir de ahí, no pude dar mi mejor versión. Después, más allá de que en su momento el técnico no quería que me vaya y siguiera perteneciendo al plantel, tomé la decisión de venir.

-¿Cómo fue tomar la difícil decisión de tu salida sin una transferencia al exterior y con River en semifinales de Copa Libertadores? ¿Te arrepentiste de alguna parte viendo lo que ocurrió después a nivel deportivo?

-No fue fácil. Por ahí creo que me debería haber tomado un poco más de tiempo porque yo, cuando tomé esa decisión, estaba en competencia. Tuve unos días de vacaciones, pero después se dio muy rápido lo de Cruz Azul y tomá la decisión de irme. Quizás debería haberme tomado un poco más de tiempo, sentarme a pensar. Por ahí no me arrepiento por el hecho de que toda experiencia nueva te hace crecer, no sólo como profesional, sino también como persona. Lo tomé como un aprendizaje y hoy me sirve para mi futuro.

-¿Cuándo y cómo se produjo la posibilidad de volver a River?

-A partir de noviembre o diciembre, empezaron mis ganas de volver. Yo tenía justo un cambio de entrenador en Cruz Azul. El entrenador había decidido que quería ver a todos los jugadores y que iba a tomar una decisión. En su momento, él decidió que yo me quedara en el equipo, pero aun así yo tenía ganas de volver. Después, con el llamado de Marcelo (Gallardo), le dije que sí, que quería volver y que iba a hacer todo lo posible para volver, así que ahí hablé con el club, con el director deportivo. El club no tenía inconvenientes en que yo rescindiera mi contrato, el tema pasaba por la parte deportiva, el técnico no quería que me fuera. Ahí tuve que ir a hablar dos o tres veces con él para que me entendiera, para que me dejara salir. Siempre le agradecí porque llegó un momento en el que me entendió, más allá de los intereses que él debía cuidar, que eran los del equipo. Me entendió a mí como persona, como profesional, me dejó salir y, a partir de ahí, se aceleró todo y se dio todo rápido.

-Cruz Azul este año cumple dos décadas sin ser campeón, ¿incidía esa presión?

-No, era más lo que se generaba en torno a eso, lo que se hablaba en torno a eso. Creo que dentro de la cancha no se sentía esa presión porque allá es distinto. Primero tenés que clasificarte a la Liguilla para luego poder pelear por el torneo y no se pudo clasificar. Creo que pasó por una cuestión de que el equipo nunca consiguió funcionamiento, nunca le encontró la vuelta para lograr los resultados que primero te posicionen en la Liguilla para después aspirar al campeonato. No pasaba por esa presión, sino porque nunca se terminó de encontrar un buen funcionamiento en el equipo.