La figura de Guillermo Álvarez está en el centro de la escena durante el último mes y no precisamente por logros deportivos de Cruz Azul. El Presidente de la cooperativa es investigado por lavado de dinero y la causa que se abrió en su contra generó dudas respecto a un posible castigo de la Federación Mexicana de Futbol que desafilie al club. El vocero de la institución, Jorge Hernández, salió a responder los rumores y fue contundente.
Las autoridades primero se encargaron de desestimar las denuncias que pesan sobre Billy. "Una denuncia que sin sustento y bajo manipulación jurídica presentaron los disidentes encabezados por José Antonio Marín, Víctor Manuel Velázquez y Juan Briseño, todos ellos suspendidos de sus labores y quienes pusieron en un alto nivel de riesgo la continuidad de la organización", informó Excelsior.
"Confiamos en que no sucederá una desafiliación del equipo de la FMF, ni vemos ese escenario en el horizonte cruzazulino, porque no hay una determinación de la autoridad en el sentido de que se cometió algún tipo de ilícito y por presunción no aplica ninguna cláusula del reglamento”, sentenció Hernández para la tranquilidad de los aficionados.
El vocero recalcó que "la desafiliación no es posible" y que "en los casos extremos para desafiliar a un equipo, independientemente de tener que demostrar las imputaciones por parte de la autoridad, los actos tendrían que recaer directamente en el club deportivo o bien en los directivos propietarios".
Finalmente, recordó que los propietarios del equipo "son los más de 760 socios activos y representados en el órgano supremo que es la Asamblea General". “El mensaje para la afición es muy claro: Cruz Azul llegó para quedarse”, concluyó acerca de la segura continuidad de La Máquina en la Liga MX.
