El paso de Stephen Eustáquio por Cruz Azul fue breve y muy misterioso. El portugués llegó a principios de 2019 al club, pedido expreso por Pedro Caixinha, y se lesionó en su primer partido oficial con el club, cuando llevaba 20 minutos en cancha. Ocho meses alejado de las canchas terminaron con la directiva cediéndolo a otro club.

En plática con La Vanguardia, el seleccionado por Canadá aseguró que la lesión lo hizo crecer mucho. "Me lesioné en la segunda semana, no quiero hablar mucho de eso, pero fue una experiencia muy buena en la que encontré diferentes personas con culturas diferentes y, al final, crecí mucho y estoy feliz de haberlo pasado", afirmó.

"Lo que yo más quería era jugar para los aficionados. En el tema personal creo que crecí mucho. Empecé a valorar mucho a la familia, a los amigos, las cosas fuera del fútbol. El fútbol es como una bola que vivimos muy intensamente y, a veces, no miramos las cosas de fuera. Crecí mucho porque valoré mucho más las conexiones que tenía y el futuro, el preguntarme después del fútbol qué haría. Aprendí mucho a mirar y no jugar. Creo que los ocho meses son muy malos porque no juegas, pero no puedes llevarlo por ahí. Tienes que pensar que vas a crecer de otra manera para estar mejor en el futuro", agregó Eustáquio.

Respecto a la posibilidad de jugar en el Estadio Azteca, el portugués señaló que "fue una experiencia buena. Entras, miras a tu alrededor y te das cuenta de lo grande que es, nunca acaba. Es muy alto. Yo pude jugar un gran derbi en México y el estadio estaba lleno. La gente en Europa, por los horarios, no suele ver los partidos de América, pero deberían ver la liga mexicana".

Además, Eustáquio confesó que tiene planeado regresar al club a fines del próximo año. "Tengo muy buenos amigos, Orbelín Pineda o Elías Hernández. Me lesioné, pero todos me apoyaron y hablo con ellos como si fuesen de aquí, de Portugal. Les mando mucha fuerza. Voy a estar en Paços de Ferreira hasta 2022. Después tendré que hablar con Robert Siboldi", sentenció.