Hay varios nombres que se han constituido como figuras clave en la historia reciente de Cruz Azul. Pero, el de Rubén Omar Romano es el de un entrenador que no solo dirigió al club, sino que también se convirtió en un referente para la afición celeste.
Su paso por La Máquina en 2005 se caracterizó por un compromiso profundo con el equipo. Se trató de un vínculo que lo unió a la institución de manera especial, marcado por el secuestro que vivió en junio ese año. El hecho, que conmocionó tanto a su familia como al entorno del fútbol mexicano, lo afectó profundamente, pero, a su vez, le brindó la fortaleza para seguir adelante.
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Romano vio en el fútbol una vía de escape, una forma de sobrellevar el trauma. En sus propias palabras, el fútbol fue uno de los tres pilares que lo ayudaron a superar el difícil momento, junto con su familia y su fe en Dios. La pasión por el deporte, su amor por el fútbol, lo impulsaron a regresar al trabajo lo más rápido posible, aunque la situación estaba lejos de ser la ideal.
Poco después de regresar al frente del equipo, la situación con la directiva que encabezaba Billy Álvarez comenzó a deteriorarse. A finales de 2005, Romano dejó de ser el entrenador de Cruz Azul, en una decisión que sorprendió a muchos, especialmente después del rendimiento que tuvo el equipo durante ese año.
Lo que siguió fue aún más impactante: Isaac Mizrahi, su ayudante de campo y quien había ocupado temporalmente el cargo de entrenador mientras Romano permanecía cautivo, fue señalado por la directiva para ser el entrenador principal de cara al año siguiente.
Isaac Mizrahi ocupó el cargo de Rubén Romano mientras estuvo cautivo. Luego, fue ratificado por la directiva (JAMMEDIA)
Ahora, casi 20 años más tarde, Romano se refirió a esta traumática situación para él en una entrevista exclusiva con Vamos Azul. Allí, definió la relación con Mizrahi como nula, en una declaración tajante que refleja el sentimiento que mantiene por cómo dieron las cosas tras su salida de Cruz Azul.
¿Qué dijo Romano sobre su salida de Cruz Azul?
Romano no dudó en señalar a la dirigencia de Cruz Azul, acusando que “les llenaron la cabeza”, refiriéndose a las decisiones tomadas alrededor de su salida. Según él, la razón detrás de su despido no fue el rendimiento deportivo, sino una manipulación interna que lo alejó del equipo que tanto amaba.
Rubén Omar Romano explotó contra la directiva por su salida. (JAMMEDIA)
Para Romano, la salida fue una injusticia, especialmente porque el fútbol fue su refugio en los momentos más oscuros de su vida. “Yo necesitaba estar continuamente trabajando para poder sobrellevar todo. Y fui al Atlas, un equipo que estaba peleando en el último lugar, lo calificamos las dos veces. […] Así que yo lo que necesitaba era seguir trabajando, no descansar“, declaró
