Cruz Azul no es el equipo de los milagros, no es el equipo del que se esperan volteretas sorprendentes y mucho menos resultados históricos, por eso les duele más. Hoy la historia fue diferente, hoy Cruz Azul venció a sus fantasmas, hoy cumplió, hoy goleó y humilló al rival que más odiamos: el América. Todo vale la pena cuando ocurre algo así.

Que lo cuenten como quieran, que nos llamen como quieran y que lo lloren como quieran, hoy lo festejamos nosotros porque La Máquina ganó y punto. Si nosotros soportamos tantas burlas cuando el resultado es adverso, ¿por qué no celebrar y burlarnos cuando la historia nos sonríe?

Disimulan, los de amarillo, con un discurso falso que no les duele porque ellos festejan títulos, ¿pero cómo no les va a doler? Si eran ellos los que llegaban en los primeros lugares, los que venían de regocijarse de una victoria en el Clásico Nacional y crucificar al hombre que mandó al hospital a su 10, los que están por festejar su cumpleaños; los que siempre se creen Goliat. Y hoy fueron simplemente el trampolín del equipo con el que no pueden perder.

La Máquina llegó a 16 puntos y se pone a tan sólo dos del octavo lugar, cuando todos daban al equipo por muerto, cuando los más recientes antecedentes extra cancha nos advertían un torneo sin Liguilla. Hoy está más vivo que nunca y es gracias a que venció a la escuadra de Televisa, sí, para que les duela aún más. Sólo cinco puntos nos separan.

¿Pero cómo no les va a doler si presumen tener al ‘mejor portero de México’? Ese portero que ‘triunfó’ años y años en Europa desde la banca hoy quedó evidenciado, una vez más, no le bastó con comerse tres del Atlas a su llegada, ni sumar una racha de seis partidos sin ganar, ni mucho menos no poder lograr dejar su arco en ceros, sino que, en tan sólo ocho partidos, ya carga con 15 goles en contra de los 18 que ha recibido el América, cinco de ellos de una de las peores ofensivas del torneo: Cruz Azul, que ahora llegó a 17 tantos a favor. Ya hasta sus propios aficionados lo insultan y piden que se quede en la banca. Así, el americanismo.

Y bueno, ¿a su técnico le dolió? Nada más se fue expulsado, salió furioso del estadio y llamó ‘puto’ al árbitro, con la educación y templanza que lo caracteriza: “No puedo hablar, ya lo saben. Pregúntenle al puto árbitro que viene ahí atrás”. No es noticia que el ‘Piojo’ vive de la final que le regaló Cruz Azul en 2013, lamentablemente.

Dicen que esta goleada es lo único que festejamos en 22 años, pero, ¿saben qué? No es así. La Máquina ha festejado un subcampeonato en Libertadores, dos títulos de Copa, una Supercopa, uno de Concachampions, la Leagues Cup y sí, dos goleadas al América.

Y no sé cómo se pueden burlarde la sequía de títulos deLiga que tiene Cruz Azul, porque ¿adivinen qué? América también tuvo una y también de 22 años, tal vez la afición actual no lo sabe, porque los jóvenes suelen dejarse llevar por modas y títulos, y cómo los de amarillo en su historia más reciente tienen tres creen que siempre ha sido así, pero si se ponen a leer se darán cuenta que no. Cada quién conoce lo que quiere, o lo que puede, de la historia de su equipo. ¿Afición de moda o de corazón? Esa es la diferencia entre ellos y nosotros.

¿Y nosotros? ¡Claro que lo festejamos! ¡Y nos burlamos! Es así, la rivalidad deportiva nos lo exige. Pero como la afición exigente que, también la grandeza de nuestro equipo, nos demanda ser, no perdemos de vista nuestra realidad. Le ganamos a los que se creen odiados y el centro del mundo, sí, pero nuestro objetivo es otro, y nuestra postura ante la directiva sigue siendo la misma. Ni perdonamos, ni olvidamos, ni nos conformamos. Sólo que siempre es lindo reafirmar cuánto le duele al América perder contra Cruz Azul. Nuestro Cruz Azul amado. Digan lo que digan y lloren como lloren.