Cruz Azul llegaba a las semifinales del Apertura 2025 con el pulso todavía acelerado tras eliminar a las Chivas en una serie vibrante, marcada por golpes, reacciones y un cierre dramático. En medio de ese escenario, una pregunta flotaba en el ambiente: ¿sería capaz Andrés Gudiño de sostener el arco celeste en ausencia de Kevin Mier? La presión es máxima, pero el mexicano estuvo a la altura y volvió a demostrar ante Tigres.

Su respuesta no tardó nada en llegar. En el arranque del duelo de ida ante Tigres en el Olímpico Universitario, cuando muchos imaginaban a los de Guido Pizarro replegados, los felinos sorprendieron con una postura agresiva. Apenas corría el minuto dos cuando un error en la salida cementera derivó en un centro venenoso desde la izquierda que encontró a Ángel Correa completamente habilitado y de frente al arco.

El argentino conectó un cabezazo letal, de esos que suelen definir partidos… pero ahí apareció Gudiño. Con reflejos felinos, se estiró y desvió el remate a quemarropa, firmando una intervención monumental que evitó el 0-1 y encendió al estadio.

En la rápida segunda jugada, el rebote quedó suelto en el borde del área y Tigres volvió a la carga, pero el disparo terminó estrellándose en el poste, permitiendo a La Máquina respirar y sostener la paridad en un amanecer de partido que pudo haber sido devastador.