La etapa de Sergio Markarián al frente de Cruz Azul está llena contrastes. Si en un principio fue cuestionado por decisiones que revolearon el corazón de la directiva y de la afición, al final terminó siendo un entrenador apreciado por llevar a La Máquina a una final en la Liga MX con un equipo vistoso y que estuvo cerca de coronarse campeón.
En su primera temporada no cuajó buenos números y empezaron los primeros susurros alrededor del banquillo, ya en la segunda etapa, tomó decisiones que marcarían su devenir al frente del equipo. Sentar a Óscar ‘Conejo’ Pérez, César Delgado, Richard Núñez y Jared Borgetti, lo hizo acreedor de un sinfín de críticas por ‘tocar’ a jugadores que formaban parte de la columna vertebral del equipo.
Pero cuando los resultados empezaron a llegar, y se vieron reflejados en el torneo, eran pocos lo que ponían en duda la gestión Markarián. Con 31 puntos en ese torneo, se posaron de lleno en la Liguilla y alcanzaron la final contra el Santos. Después de perder contra el Laguna, el balance fue positivo por la mejora en el desempeño del equipo de un torneo a otro. Con el final de su contrato -firmó por un año-, empezaron las negociaciones para su renovación y allí llegaron las tres razones que pusieron fin a la etapa del timonel uruguayo en frente de Cruz Azul.
Pedidos no correspondidos. Según contó al diario Milenio un directivo de los cementeros, Markarián pidió a tres jugadores para continuar: Darío Verón (Pumas), Federico Vilar y Giancarlo Maldonado (Atlante). El portero de los Potros (Vilar) lo vieron como un imposible: su cotización oscilaba los 8 millones de dólares, cifra prohibitiva para la directiva; el caso del central paraguayo, su fidelidad con la UNAM lo hizo un imposible; y en el caso del delantero venezolano, su precio fue considerado muy alto (6 millones de dólares).
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Fue así como Sergio Markarián decidió hacer las maletas al ver incumplidos cada uno de sus pedidos y decidió no renovar. La directiva se escudó en que el arraigamiento de dos de esos elementos, más el precio del tercero, hicieron posible llevar a cabo las negociaciones que además se salían del presupuesto.