Richard Núñez tuvo un debut soñado con Cruz Azul. En aquella tarde de 2005 Núñez anotaría cuatro tantos para una victoria apabullante de La Máquina sobre Tecos, y lo que empezó siendo una historia idílica, terminó convertido en todo un infierno. Al término de aquel torneo, fue cedido al Pachuca, y en su vuelta, un año después, se encontraría un muro: Sergio Markarián.
El entrenador uruguayo llegó a La Noria y provocó una ‘revolución’. En su primer torneo, si bien los resultados no acompañaron el buen juego, tanto la afición como la directiva le dieron el visto bueno. Un torneo después, comenzó ‘la purga’ que definiría su estancia con Cruz Azul.
“Si no juegas de cuarto volante, conmigo no jugás”, recuerda Núñez que le dijo Markarián tras quedar eliminados de la Liguilla en el 2006. Aquel fue el inicio de lo que sería una desbandada en la plantilla celeste. César Delgado y Jared Borgetti, entre otros elementos celestes, fueron varios a los que se les abrió la puerta de salida por ordenes directas del estratega uruguayo.
“El fue muy claro conmigo, y eso me gusta. Yo con 25 años juego de volante, pero con 30 es imposible. Entonces le dije que si era así entonces yo me buscaría una salida. El contestó que no había problema”, confesó Núñez en una entrevista con Fox Sports.
Tras su salida de Cruz Azul con los que jugó 56 partidos y anotó 17 goles, puso rumbo al máximo rival celeste, el América, decisión de la que dijo sentirse arrepentido por haberla tomado apresurado.
“Fue una decisión apurada y errada. Lo veo desde el tiempo y si me arrepiento, pero en ese momento pensé que era lo más acertado para mí”, finalizó.