Muchos fanáticos de Cruz Azul se ilusionaron mucho con el fichaje de Iván Marcone, quien venía de ser campeón varias veces con el Club Lanús de Argentina. En el radar también de su seleccionado, no tardó en desplegar todo su nivel dentro del campo de juego, transformándose en uno de los favoritos.

La compra del argentino resultó ser una pieza clave para el equipo que entonces dirigía Pedro Caixinha. Su gran calidad ayudó mucho para el buen desempeño de La Máquina en la lucha por el título, aunque se le escaparía de las manos sobre el final y debió conformarse con la Copa MX del 2018.

En un duro revés para él tras un error en la final de la Liguilla ante el América, Marcone quedó marcado y decidió irse por la puerta de atrás a Boca Juniors. Al día de hoy viste la playera de Independiente de Avellaneda, en donde este domingo fue titular en el clásico ante Racing.

El mismo se dio en el marco de la Liga Profesional Argentina, y se disputó en el Cilindro de Avellaneda en donde la Academia hace de local. Luego de que el Rojo se quedara con 10 futbolistas tras las expulsión de uno de los suyos, Marcone protagonizó un duro golpe de cabezas junto a Kevin Lomónaco.

Esto provocó que el Capo y su mencionado compañero queden tendidos en el verde césped durante algunos minutos, mientras eran atendidos por el cuerpo técnico. El partido finalmente transcurrió normalmente, aunque se los pudo observar a los dos con una gran venda que les cubría la cabeza.

La regla que pudo haberlo perjudicado

Desde abril de este año, en el futbol sudamericano hay una regla que expresa que el jugador que sufra una conmoción cerebral tras un golpe de cabezas o se sospecha que la ha sufrido, no podrá reincorporare al partido ni participar del juego, y siempre que sea posible se le acompañará al vestuario o a un centro médico