En el último año y medio, las polémicas arbitrales siempre merodearon muy cerca de Cruz Azul y para colmo, casi nunca fueron en su favor. Quizás la más resonante tiene que ver con la de Marco Antonio Ortiz durante la final del Torneo Clausura 2024 ante América, con ese dudoso penal pitado tras una falta de Rodolfo Rotondi.
Ya en este 2025 ahora es Alejandro Hernández quien ha quedado en el ojo del huracán con una decisión más que llamativa. Todo ocurrió el pasado fin de semana en el juego por la fecha 17 ante Pumas, en donde el silbante omitió una clara tarjeta roja para Adalberto Carrasquilla, quien lesionó a Kevin Mier.
Después de que surjan diferentes especulaciones ante su inacción, fue en la última edición de Nación Azul en donde apareció una nueva. En este caso salió de la boca del periodista Marco Cancino, quien remarcó que el Curro no quiso ser expuesto por la propia Federación Mexicana de Futbol.
“Habría que ver si es lo que adujo (no le enviaron bien las tomas), pero es el árbitro mundialista y es el árbitro que vas a mandar a la Copa del Mundo, por eso mejor habrán dicho ‘mejor ni revelemos los audios del VAR’, para no terminar embarrando a todo el mundo”, explicó el hombre de TUDN.
Eran (y aún lo son) muy esperadas esas conversaciones que Hernández mantuvo con toda la cabina del VAR durante la revisión de la jugada, en donde con mucha lógica le habían advertido que se había quedado corto con su amonestación a Carrasquilla. En tanto, tampoco es seguro que sea suspendido.
¿Curro Hernández pitará en la Liguilla?
Si bien Adrián Esparza reveló que el Curro podría ser suspendido para la Liguilla del Torneo Apertura 2025, Cancino fue por el mismo camino y remarcó que sería “complicado” para la Liga MX parar al arbitro mexicano que pitará en el mundial del año que viene, ya que le daría una mala impresión nada menos que a la FIFA.
La supuesta justificación de Curro Hernández ante la Comisión de Árbitros
Explicar por qué Curro Hernández optó por sostener la amarilla a Adalberto Carrasquilla no es tarea sencilla. Aunque está claro que el mediocampista no busca lastimar al arquero cementero, también es evidente que levanta demasiado la pierna y termina golpeando la tibia del rival. Con ese contacto, la jugada encaja en una acción imprudente y con fuerza desmedida.
