Vayan tomando sus pañuelos para llorar. Instantes después de que se subiera a un avión con destino a Buenos Aires para sellar su acuerdo con Boca Juniors, el hasta hoy jugador de Cruz Azul, Iván Marcone, ya tiene un calendario de actividades más o menos claro.

Por un lado, dormirá -obviamente- pero entre domingo y lunes se hará los respectivos chequeos médicos para corroborar que está todo bien. Aquello es un mero formalismo, puesto que Marcone se entrenó hasta ayer con el resto del equipo que esta noche juega contra Chivas. 

Luego se hará la presentación formal como nuevo jugador de Boca. Aquello será un punto alto en la carrera del jugador argentino que pasó seis meses en la Máquina Cementera y despuntó como un jugador de gran nivel, aunque estamos seguros, le romperá el corazón a más de un aficionado azul. 

La gran misión para la dirigencia será encontrarle un reemplazante al jugador argentino de la misma calidad. Y aquello no abunda en el mercado, especialmente por el monto cercano a los US$ 8 millones que abonó la entidad xeneize por el ahora ex volante cruzazulino.