La cancelación del Torneo Clausura 2020 dejó un sabor amargo para Cruz Azul pero no precisamente por lo que se venía logrando en la cancha sino porque quedó la sensación de haber dejado ir una buena oportunidad para pelear por el esquivo título que se ha vuelto una obsesión para el equipo y los aficionados.

Fue un semestre muy positivo para el cuadro cementero que vivió, principalmente, la consolidación de Robert Dante Siboldi como entrenador. Atrás quedaron sus primeros días en medio de una llegada polémica y unos resultados que no invitaban al optimismo pero demostró que tiene las formas correctas para navegar a buen puerto.

Desde el aspecto individual varias figuras brillaron. Fue un torneo que sirvió para demostrar que José de Jesús Corona sigue siendo garantía en el arco, levantando su nivel y pasando de blanco de críticas a dar la sensación de seguridad necesaria en sus actuaciones. El penal tapado ante América en la última jornada fue una clara demostración.

En la delantera también hubo brillo: Jonathan Rodríguez terminó como líder de goleo con nueve anotaciones y de poder esquivar sus ofertas desde Europa tiene todo para afirmarse como el referente. Quien alza la mano como acompañante ideal es Santiago Giménez, brillando en su debut y sabiendo desde muy pronto cómo es ser un anotador certero.

Cruz Azul, además, mostró que tiene una plantilla lista para resolver complicaciones como las de la defensa en la que se presentaron varias lesiones pero que rindió a la altura pese a las dificultades. Sin duda el Clausura fue una buena muestra de lo que se puede lograr trabajando por la misma vía en el Apertura 2020.