Sebastián Jurado: Debió asumir con el compromiso de reemplazar a Jesús Corona, de los mejores porteros de Liga MX, tras 73 partidos consecutivos sin salir de la cancha. No tuvo mayor responsabilidad en los goles de Pumas, que pasaron más por la defensa de Cruz Azul, pero tampoco rindió como se esperaba que lo hiciera "el futuro de la portería de México".

Juan Escobar: De ser el mejor lateral derecho del torneo a ser un fantasma en la semifinal de vuelta. A pesar de terminar el encuentro jugando como central, por los movimientos tácticos que hiciera Robert Dante Siboldi en el segundo tiempo, no apareció en la cancha y sus errores fueron imperdonables.

 

Pablo Aguilar: Estuvo ocho meses lesionado y se nota. Por más que le meta en cada partido, termina destrozado, y jugar a mitad de semana termina por pasarle la cuenta a cualquiera que vuelva a ser titular y no salga más de la cancha. El paraguayo no pudo rendir como estábamos acostumbrados, principalmente por problemas físicos.

Julio Domínguez: El peor de la cancha esta noche. A pesar de ser muy respetado por el récord histórico que alcanzara hace unos días, hoy fue el responsable de tres de los cuatro goles que hicieran los Pumas. Cruz Azul tuvo un vacío en la defensa y fue todo culpa del Cata, a quien no le alcanzó para calificar esta noche.

Joaquín Martínez: A pesar de saber jugar con ambos perfiles, el izquierdo no es el suyo. El jueves pasado lo hizo bien al reemplazar a Adrián Aldrete, pero porque la defensa estaba bien conectada. Este domingo no fue así y el Shaggy fue de los puntos más bajos del equipo y el primer tiempo completo pasó por su sector. Una vez que se cambió a la banda derecha, intentó recompensar todos los errores que cometiera en el 1T, pero no le alcanzó.

Luis Romo: Ser el mejor volante defensivo de la Liga MX es un peso que no todos pueden cargar: hoy Romo no tuvo mayor responsabilidad, pero tampoco puede jugar solo. Fue de lo mejor que tuvo Cruz Azul en la cancha, a pesar de la apatía con que jugaron y que terminó por dejar eliminado al equipo.

Ignacio Rivero: Muy agresivo, en pasajes del partido no apareció y le dio espacios al mediocampo que no debería tener. De ser uno de los inamovibles de la Máquina, a ser uno puntos más bajos esta noche. No supo lucirse y entenderse con sus compañeros en el centro de la cancha.

Rafael Baca: Mal. Fin. No hay más que decir. Sin palabras. Se peleó con un Yoshimar Yotún que le exigió dar más por el equipo y se calentó porque no le resultaron las cosas que intentó, y menos las que intentaban sus compañeros. Es injusto que critique al resto si él tampoco pudo hacer mucho más.

Roberto Alvarado: Por algo fue el primer cambio de la cancha. El pasado jueves fue el mejor de Cruz Azul y esta noche estuvo desconcentrado y no supo alinear un solo pase con sus compañeros. La salida estuvo más que justificada.

Orbelín Pineda: El Maguito lo intentó, pero al igual que Romo, solo no puede. Se esforzó en dupla con Alvarado, también solo en un rombo, y como segundo delantero acompañando a Jonathan Rodríguez, pero no consiguió armar jugadas de peligro. Al final, la desconcentración del equipo también le pasó la cuenta y llevó a que errara balones parados y no pudiera siquiera disparar al arco en un tiro libre.

 

 

Jonathan Rodríguez: Cabe… ¿quién? Un fantasma esta noche. De ser el campeón de goleo a no aparecer en la semifinal de vuelta. Tuvo menos tiros al arco que en todo el campeonato, exageró una jugada que terminó con el árbitro no cobrando penal para Cruz Azul y erró saques directos a portería disparando a cualquier parte.

Robert Dante Siboldi: Este es un resultado sacatécnicos. Mal planteado, con exceso de confianza, y con cambios que llegaron muy tarde, el Cruz Azul que sacó el uruguayo a la cancha no se la pudo con la responsabilidad que implicaba tener un cuatro a cero a favor.