Si hubo un equipo que nos hizo sentir más que orgullosos de ser mexicanos en un torneo internacional fue Cruz Azul en la Copa Libertadores de 2001, el equipo que maravilló a toda Sudamérica y se ganó el respeto de todo el continente; el que logró la hazaña de llegar a una Final y ganarle al mismísimo Boca Juniors en su cancha, en La Bombonera de Buenos Aires, Argentina.

El camino hacia la historia inició en el Grupo 7, donde La Máquina terminó como líder con 13 puntos, después de cuatro triunfos, un empate y solo una derrota, lo cual lo llevó a enfrentarse al Cerro Porteño, de Paraguay en los Octavos de Final, donde firmó la remontada en el partido de Vuelta disputado todavía en el Estadio Azul, para asegurarse su lugar en los Cuartos de Final ante uno de los gigantes de Argentina.

 

Tanta era la euforia por el Cruz Azul de México y su futbol que la mudanza fue inminente: El Estadio Azteca fue el escenario en el que enfrentó a River Plate, con las tribunas a reventar y la bandera tricolor ondeando por cualquier lado, todos unidos en apoyo hacia el equipo que representaba al país; y para los pocos que osaron a estar en contra, se llevaron como mínimo un buen festejo de Francisco Palencia en la cara.

Y es que el coloso de Santa Úrsula se estremeció no solo con un gol de 'Gatillero', sino con un doblete que avivó la ilusión mientras las gradas enardecidas suplicaban por la hazaña, sin importar el equipo del que fueran, todos creyentes de que el conjunto cementero estaba listo para alcanzar la gloria; lo cual se reafirmó con el gol de José Saturnino Cardozo que selló el triunfo ante los Millonarios con un imponente 3-0 global.

La Máquina no decepcionó, después venció a Rosario Central en la Semifinal por 5-2, para asegurarse en la historia como el primer equipo mexicano en disputar la Final del torneo organizado por la Conmebol; enfrente tendría al otro gigante de la Argentina, el que llegaba como el gran Campeón de Sudamérica: Boca Juniors.

El gol en la Final de Ida no apagó el sueño; para la Vuelta, el equipo dirigido por José Luis Trejo nunca traicionó su futbol, nunca dejó de atacar, ni se dejó intimidar por el crujir de las tribunas en las que la hinchada xeneize saltaba enloquecida. Y lo intentó una y otra vez como el equipo grande que es, hasta que lo consiguió.

Entonces, Pinheiro cobró el tiro de esquina, Cardozo recentró y Juan Francisco Palencia remató de derecha, estremeció las redes y silenció a toda la Argentina. El capitán de La Máquina corrió con los brazos abiertos directo a la inmortalidad en el equipo que lo vio nacer. Y nos hizo soñar: Cruz Azul le ganó 1-0 a Boca Juniors en la Final de la Copa Libertadores.

El resto no importa, un par de polémicas, un penalti robado y la definición desde los 11 pasos evitaron que Cruz Azul coronara con el trofeo de Campeón la mejor participación de la historia del futbol mexicano en un torneo internacional; aun así, la Copa Libertadores del 2001 será recordada para siempre como el torneo en el que todo el país se unió en apoyo a La Máquina para ver orgullosos el nombre de México en lo más alto. ¡Viva México y Viva el Cruz Azul de México!