No muchos saben que, antes de convertirse en fichaje de Cruz Azul a principios de 2020, Luis Romo había sido parte de las fuerzas básicas cementeras en 2011. El defensor nacional se probó en la Sub-15 y fue parte de su plantilla durante algunas semanas, hasta que decidió no seguir, volvió a su natal Querétaro, y el resto es historia.
Sin embargo, poco se sabe de la forma en que llegó a probarse en la Máquina, y es que Romo recibió la invitación por un inesperado vínculo que pocos conocen: Javier ‘Chuletita’ Orozco fue quien lo trajo a Cruz Azul y le dio sus primeras manos para convertirse en futbolista profesional.
Darío Romo, hermano de Luis, en plática con ESPN, reveló esta hermosa anécdota. “Nuestra historia está ligada a otro par de hermanos que jugaron en Primera División. Me tocó la fortuna de estar en primaria con Javier Orozco, que estuvo después en Cruz Azul. Yo no conocía nada del futbol, por casualidad me toca ser compañero de él, y a los 8 años sacan una selección de la primaria y nos toca estar juntos”, comenzó.
El relato continúa señalando que “el papá de Javier, don Chuletas, empieza a invitar a varios niños de esa selección a su escuelita de futbol, y yo empecé a ir. Luis también empezó a jugar porque yo jugaba y amis papás les gustó la idea y el ambiente”.
Sin embargo, la cereza del pastel llegó al final, cuando los Orozco notaron que Luis podía ser futbolista profesional, y lo llevaron a la Máquina. “Luis salió de casa muy chico, a los 13 años, y luego Chuletas le consiguió la prueba en Cruz Azul, donde tenía conocidos por sus dos hijos, Luis y Javier. Los mismos entrenadores que tenía yo los tuvo Luis, y don Chuletas fue una parte importante para que él se pudiera ir a probar a Cruz Azul“,sentenció. ¡Qué hermoso vínculo!