José Saturnino Cardozo llegó como la pieza faltante para que Cruz Azul hiciera historia en la Copa Libertadores. En aquel año 2001 La Máquina logró la mejor participación de equipo mexicano alguno en el campeonato organizado por Conmebol. Los cementeros se posaron en la final ante el Boca Juniors; y solo por ese azar tan denostado del fútbol, se privó de coronarse campeón, pero aquella noche hubo un ganador del lado celeste: el paraguayo Cardozo.
“Silenciamos La Bombonera. Con el gol de Paco (Palencia) lo hicimos ya que nadie pensaba que podíamos ganar. Incluso yo había apostado con un periodista argentino una cena de que íbamos a ganar porque Boca llevaba muchos partidos sin perder en la Copa y le ganamos 1-0. Ya después en penales perdimos, pero en el juego a 90 minutos lo ganamos 1-0″, recordó el paraguayo a Mediotiempo.
Aquella noche el conjunto xeneize terminaría por imponerse a los mexicanos desde el punto penal, pero la actuación de La Máquina dignificó la representación de los representantes de Concacaf en el torneo suramericano. Después del partido, Cardozo debía regresar a su equipo, Toluca, a pesar que desde Cruz Azul hicieron hasta lo imposible por retenerlo.
“Hubo un acercamiento con el señor Billy Álvarez, el profe (José Luis) Trejo me dijo que él quería que continuara con ellos, pero que al final Toluca no dio el paso de escuchar ofertas de Cruz Azul. Inclusive yo no tenía contrato en ese momento, pero ya había prometido que íbamos a hacer un contrato importante con dos o tres años más y por eso mi continuidad en Toluca”, recordó.
Cardozo solo disputó 8 encuentros con la playera celeste y anotó 4 tantos fundamentales para la proeza del equipo en el certamen continental. El jugador venía con experiencia en el torneo pues ya había disputado una final con la Universidad de Chile.