Si hay alguien que fue marcado a fuego en Cruz Azul, ese es Alberto Quintano. Con seis años defendiendo sus colores, el Mariscal llegó en 1971, se fue en 1977, fue campeón en cinco ocasiones distintas. Luego de su retiro, el chileno fue director técnico en sus fuerzas básicas en 1986 y director deportivo entre 2009 y 2014.

En plática con Récord, el Mariscal recordó lo que fuera su paso por la Máquina. “En mi vida hay dos clubes, donde nací que fue laU de Chiley otro donde jugué fuera,Cruz Azul, donde pasé los momentos más bonitos. A título personal diría que, esa relación entre la cementera y el equipo hace que Cruz Azul sea único. Yo viví enCiudad Cooperativay conviví con trabajadores, ingenieros y un montón de gente que sin jugar en el equipo formaban parte deCruz Azul, es algo muy bonito”, expresó.

Alberto Quintano trabajó en Cruz Azul entre 2009 y 2014. (Foto: Jam Media)

Alberto Quintano trabajó en Cruz Azul entre 2009 y 2014. (Foto: Jam Media)

Cruz Azulrepresenta no solamente una situación de orden futbolístico, sino que ingresó a competir y estableció a través de buenas actuaciones, un lugar garantizado en la historia delfutbol mexicanocon títulos y gracias a la gente que pasó por ahí”, añadió Quintano.

Para él la Cooperativa también ha sido muy importante en la historia del club de futbol. “La empresa como tal, también ha sido un aporte no nada más a la economía, sino que también ayuda al pueblo mexicano, para mi gusto tener esa historia y ese soporte lo hacen especial y lo diferencian.Yo diría que sabiendo lo que es México y lo que quiere la gente al prójimo, nosotros enCruz Azulllegamos como extranjeros y nos respetaron, nos trataron de maravilla en todos los sentidos y me metí en el seno mismo del pueblo. indudablemente es distinto a todos los equipos”, destacó el defensor.

Hablar deCruz Azules hablar de Nacho Trelles, gran hombre que nos impulsaron a la búsqueda de títulos y de buenas formas. Si existe el Americanismo, el Cruzazulismo radica enTrelles,Maríny otros tantos que pasaron por ahí”, sentenció. ¡Qué hombre!